Renovar en nuestro espíritu los ideales de los Padres Fundadores de nuestra Patria, los Próceres que consagraron el destino de El Salvador y el resto de naciones de Centro-América a Dios, la unidad espiritual de los centroamericanos y la libertad, es el deber cívico de todos, a lo que se agrega luchar contra “el choque de ruín deslealtad”, contra lo que es opresión y oscurantismo, lo que es la lucha de todos, la batalla que siempre debe darse para ganar el derecho a ser libres.
Nuestro país, al igual que Nicaragua y Guatemala, sufre la imposición de la dictadura, del oscurantismo, de la arbitrariedad, la amenaza.
Hay numerosos malvados, criminales en el “archipiélago” de cárceles y sitios de detención, pero asimismo hay personas inocentes arbitrariamente apresadas, de las que no se quiere dar cuenta, que no son liberadas pues la actitud del régimen es que, pese a no haberlas llevado a juicio y determinado su culpabilidad, decide que todas son “terroristas”.
Para el bukelismo, no importa que haya gente inocente apresada y torturada, aunque sufra de enfermedades o sea víctima de problemas mentales, allí seguirá presa, hasta que muera y sus cadáveres sean entregados a sus familiares con señales de tortura, como está ocurriendo.
El caso denunciado en los últimos siete días es el del locutor Élmer Vladimir Romero Martínez, detenido en mayo y a quien uno de sus familiares logró casualmente ver en el Hospital Rosales con moretones en su cuerpo y llagas. La familia denunció el caso, pero no obtuvo ninguna respuesta, pues aparentemente la dictadura se aferra a la tesis de que admitir una falla equivale a reconocer haberse equivocado, pero el “juez supremo” no admite la posibilidad de errar…
Cada reclamo, cada señalamiento de abusos, de inmediato se tapa bajo las usuales lluvias de promesas imposibles de cumplir, pero que sirven para engañar a los incautos, o peor que incautos, los que ni piensan ni se conmueven en lo mínimo por el dolor, la desgracia ajena…
Cada año que pasa los salvadoreños somos más pobres y menos libres…
¿Qué se ha prometido en las últimas horas, para aplacar los reclamos?
Pues se ofrece nada menos que reparar o construir, cada día, escuelas a lo largo y ancho de esta saqueada y desangrada tierra… prometer no cuesta nada, más cuando se promete a los pobres, a quienes día tras días y en ocasiones hora tras hora se pretende dar atol con el dedo…
Permanentemente hay reclamos de familias a quienes prometieron reconstruir sus casas dañadas por las inundaciones, por deslaves, por lo que tradicionalmente se llaman “actos de Dios”, pese a que Dios, que es bondad pura, no va a castigar a los hombres, creados a Su imagen y semejanza, sino que son producto de la inconsciencia y la maldad del hombre.
En el 201 Aniversario de la Declaración de la Independencia de Centro-América, El Salvador se encuentra con su Ley Fundamental pisoteada, su sistema educativo deteriorado, sus instituciones pervertidas, la asistencia social empobrecida, además de saqueada.
Pero los castillos en el aire, el pastel en el cielo, pegado a las estrellas (the pie in the sky) son cada vez más grandototes, como cada vez es más grandotota la soldadesca pero al mismo tiempo el número de familias con hambre, que luchan para tener comida en la mesa aunque sea una sola vez en el día y no olvidarán cómo los corruptos los han empobrecido…