Ante la mirada atónita del mundo por lo que está sucediendo en Haití, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso sanciones a los grupos que han hundido en el caos al país, a lo que se suma un brote de cólera.
Los quince miembros del Consejo votaron a favor de una resolución presentada por México y Estados Unidos, que prevé un embargo de armas, congelación de activos y prohibición de viajes a los principales actores de la violencia por un periodo “inicial” de un año.
Las sanciones están dirigidas contra “individuos y entidades responsables o cómplices de acciones que amenazan la paz, la seguridad y la estabilidad de Haití”, lo que incluye reclutamiento de menores, secuestros, tráfico de personas, homicidios y violencia sexual como arma de guerra, tráfico de armas, obstrucción de la entrega de ayuda humanitaria y ataques contra el personal o las misiones de la ONU.
La resolución cita expresamente a Jimmy Cherizier, alias “Barbacoa”, uno de los principales cabecillas, jefe de una alianza de bandas conocida como “La familia y aliados G9”.
La decisión “envía una señal clara de que el Consejo de Seguridad no permanecerá con los brazos cruzados y actuará no solo en contra de los que generan violencia en la calle sino también sobre aquellos que los apoyan, los prohíjan y los financian”, dijo el embajador de México, Juan Ramón de la Fuente.
Para su colega estadounidense Linda Thomas-Greenfield, “esta resolución es una primera respuesta a los llamados de ayuda de la población haitiana”.
Además de exigir un “cese inmediato” de la violencia, “urge a todos los actores políticos” a que se sienten a negociar para permitir la celebración de “elecciones legislativas libres y justas tan pronto como la situación de la seguridad local lo permita”.
El país caribeño está sumido en una crisis de gobernabilidad y violencia de bandas armadas sin precedentes que ha generado una situación “de pesadilla”, como la definió recientemente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Las bandas criminales, se agrega, bloquean desde mediados de septiembre el acceso a infraestructuras básicas como la terminal petrolera de Varreux, la principal del país. Haití pidió la semana pasada apoyo a la ONU para reabrirla.
Asimismo paralizan servicios básicos como la distribución de agua, la recolección de basura y el sistema de salud, lo que habría provocado el brote de cólera en el país a principios de octubre.
Pese a lo dispuesto, los miembros del Consejo no llegan a un acuerdo sobre el envío de una fuerza internacional, como pide el gobierno haitiano. Haití ya tuvo por muchos años una misión permanente de paz de Naciones Unidas.
Por otra parte, el brote de cólera y la hasta ahora incontrolada violencia ha dado lugar a que los dominicanos, que colindan con Haití, estén construyendo un muro para contener la entrada tanto de fugitivos como de criminales, una especie de “muro de Berlín” a la inversa…
La pregunta que muchos se hacen: ¿por que solo a ellos sanciona?
La interrogante que muchos en nuestra América se hacen es ¿por que solo a ellos?, considerando que similares horrores suceden en narcodictaduras como la de Venezuela, Nicaragua y Cuba, a lo que se suman las graves violaciones a los derechos humanos de tantos en El Salvador, una nación cuyo régimen ha venido desmantelando la democracia y donde se han registrado muertes por tortura y otros vejámenes a causa del llamado “estado de excepción”, convertido en “estado permanente” de abusos a personas que no cuentan con instancias judiciales para denunciarlo.