Es terrible la mortandad que se reporta en Gaza por bombardeos israelíes, a la que se suman las muertes de israelitas tras ser vejados y mutilados por los terroristas de Hamas el fatídico 7/10, además de los 240 que están en poder de los terroristas y que sabrá Dios a qué clase de tormentos están sometidos.
En esto hay un hecho que se debe señalar: es tan terrible lo uno como lo otro. Son tan desgarradoras las imágenes vistas por el mundo de mujeres y niños muertos entre escombros en Gaza como las de mujeres desmembradas o con evidentes señales de brutales violaciones en serie, así como niños decapitados o quemados vivos por Hamás "en nombre de Alá".
Algunos medios y la propaganda tratan de hacer sentir al mundo el drama en función sólo de fríos números y estadísticas, cuando en ambos casos las víctimas son hombres, mujeres, niños y ancianos inermes. De repente, todos hablan de los muertos en Gaza y olvidan a los asesinados y secuestrados por los terroristas en octubre.
En esto de las cantidades también hay que tener cautela, sobre todo cuando las cifras de Gaza son proveídas por el “ministerio de sanidad de Hamás”, que se convierte en juez y parte interesada en hacer ver mal a Israel y victimizarse, sin que organismos independientes certifiquen los datos.
La BBC, referente informativo mundial, ha tenido que retractarse por difundir información falsa emanada por Hamás, sin corroborarla, como decir que las tropas israelíes estaban atacando a “equipos médicos y hablantes árabes”.
Los islamistas radicales, como los siniestros clérigos iraníes, se frotan las manos y aprovechan para atizar más los odios y buscan incendiar la región, para después imponer su desfasado esquema por la fuerza, como lo hicieron los talibanes llevando a Afganistán al Medioevo otra vez y o el Estado Islámico destruyendo cualquier vestigio de cultura o expresión que no sea musulmana.
Enloquecidos ayatolas instigan a los musulmanes a la “guerra santa” y la destrucción de Israel y los “infieles”, es decir, los cristianos y quienes no profesen el Islam. Ellos tranquilos y llevando vidas de potentados en su sometida tierra donde tratan a la mujer peor que un objeto, mientras hacen arder el odio en Medio Oriente.
Es condenable cómo los terroristas se escudan entre la población
En esto también es condenable la práctica del uso de escudos humanos.
Se sabe que los terroristas se camuflan entre la población ya sea para ser atendidos de heridas como para ser evacuados a otros países, como en su momento lo hicieron en Beirut cuando incendiaron el Líbano en los años 80. Nadie olvida cómo Estados Unidos y la ONU enviaron una fuerza de pacificación cuyo cuartel general fue literalmente demolido con explosivos por los terroristas; 240 marinos estadounidenses perecieron entre los escombros en 1983.
No es nuevo que los terroristas coloquen arsenales y puestos de mando debajo de hospitales y escuelas, en la red de túneles que han venido cavando desde hace años en parte con los fondos que reciben del régimen iraní, que se ha ocupado en entrenar a los militantes para fabricar su propio armamento.
Redes de túneles son siempre un expediente de bandas de maleantes como los que luego se transformaron en talibanes, túneles que operativos dirigidos por los americanos destruyeron inundándolos con agua a casi cero grados.
Con cámaras con lentes infrarrojos los respiraderos de esos túneles se veían como humos anaranjados contra un espacio negro; inundar los túneles de los terroristas de Hamás es un posible siguiente paso en el ataque de Israel a Gaza…
¿Hasta cuándo, se preguntan padres, es que tendremos que enterrar hijos?