El 1 de mayo de 2021 el orden constitucional fue violado, los derechos que reconoce a todos los pobladores fueron anulados y, a punta de fusiles, se sentaron las bases para que el régimen controlara los tres poderes del Estado por disposición de una Asamblea en poder del partido cian y sus cómplices.
De allí a despejar el camino diezmando y sometiendo a la judicatura, aterrorizando a magistrados independientes, aplastando a las instancias fiscalizadoras de la corrupción y decretar el permanente “régimen de excepción”, las capturas arbitrarias realizadas por la soldadesca y promover la reelección de Bukele, fue un paso.
El Socorro Jurídico Humanitario calcula que hay veinte mil presos del régimen inocentes, que no pueden comunicarse con sus familiares ni recibir los medicamentos o la comida que se les envía, lo que obviamente indica que dentro del penal los encargados de las torturas las roban.
Uno de los presos políticos, Ernesto Muyshondt, apenas pudo enviar un mensaje a su esposa expresándole su amor por ella y su familia. Las fotos muestran el severo deterioro que ha sufrido en su salud a causa del encarcelamiento, además de los vejámenes que ha sufrido, como si quisieran matarlo lentamente.
Los relatos de los que salen de las cárceles, al igual que los cuerpos con señales de salvajes torturas, indican la clase de impiedad que caracteriza la dictadura, muy similar al trato que el enajenado mental y envenenador Putin aplica a los disidentes, o las persecuciones que los enloquecidos ayatolas iraníes dispensan a quienes les oponen.
Como muestra: en una sentencia aplicada a un condenado a muerte, el ayatola acusa al infortunado de haber atentado “contra Dios”.
“Dioses”, es evidente, se creen los Maduros, los Castristas, los Ortegas, los que forman las estructuras de horror que sostienen el régimen de Xi Jinping en China, que hace “desaparecer” a disidentes y sostiene una red de “estaciones de policía chinos” en países democráticos, como el que acaba de desmantelar la Policía de Nueva York en el barrio chino de la ciudad.
Tal clase de montajes dictatoriales se caracterizan fundamentalmente por su irracionalidad, una especie de “la bella”, que es el Orden de Derecho, la civilización basada en la doctrina cristiana, contrapuesta a “la bestia”, la ley de la selva, del orden de pandilleros, de violentos que en cualquier momento atacan a gente indefensa, como la terrible matanza de una familia hondureña en Texas, perpetrada por un individuo a quien le reclamaron no hacer balaceras en su guarida.
Lo diabólico, la impiedad, el odio amenazan al mundo entero
Al tratar el origen de la moral, Kant, el gran pensador alemán, señaló lo que es un principio inherente a toda moral, a todo orden racional: no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.
En sus descomunales soberbias los Ortegas, los Maduros, los Putins, los Xi se consideran estar por encima de toda ley, de que nunca serán llamados a juicio. Pero Hitler, cuya soberbia y maldad son ejemplo de los más diabólico al lado de Stalin, tuvo la durísima lección del destino al morir en un búnker al lado de Eva Braun, como Stalin fue asesinado por los médicos que le trataban.
Conquistar el Orden de Leyes, superar el odio hacia otros, no ser presa de narcisismos desbocados, debe ser la luz redentora…