Cada día crece el temor de que la anunciada “reforma de pensiones” sólo sea una plataforma para saquear los últimos fondos que quedan contantes y sonantes en las cuentas de ahorro de los trabajadores.
El escenario que se vislumbra es que el régimen suba sólo la pensión mínima a 400 dólares usando los ingresos que habrá por el aumento del 1% de la aportación de los empleadores, así como la rebaja en la comisión de las AFP.
En seguida y mediante un nuevo INPEP, dispondrá de los 2,000 millones de dólares que dice que aún quedan disponibles, ya que el resto sólo existe en certificados o papeles que han dado “en garantía” los anteriores e incluso el presente gobierno —aunque lo niega— al obligar a las AFP a entregárselos por partes, como lo explicó el economista Rafael Lemus.
Como los gobiernos sólo han pagado un 1% de interés por el dinero que han ido “prestando”, se dejaron de percibir cerca de $3,800 millones en intereses y la rentabilidad ha sido ínfima.
Los ahorros de los trabajadores siempre son una irresistible tentación para los políticos, a quienes les pican las manos para ver cómo se los meten al bolsillo; en nuestro país las AFP fueron obligadas a comprar “papeles del Estado” a tasas risibles, muy por debajo de lo que esos capitales ganarían en el mercado, como sería el caso de que un banco no pague a una parte de los depositantes, digamos a los trabajadores que colocan allí su dinero, lo que reconocen a otros depositantes, de hecho tratándolos como ciudadanos de segunda clase….
Como parte de la reforma se dice que los empleadores tendrán que pagar un 1 por ciento adicional, lo que ignora una realidad económica fundamental: los salarios que se pagan, las aportaciones a los fondos de retiro y de vivienda, las vacaciones y los aguinaldos son todos costos de operación, los que deben amortizarse con los ingresos que obtiene una empresa al vender servicios o productos.
¿Cuál es la lógica de los fondos de retiro? Simplemente que un alto porcentaje de los trabajadores, como la gran mayoría de las personas, no ahorra para su futuro sino que se gasta “hoy” lo que recibe de sus salarios. Las AFP se crearon precisamente para asegurar un ingreso. Pero ese dinero siempre es una tentación para los políticos.
El expresidente Saca pretendió que todo lo destinado para cubrir los retiros fuera directo al Fondo General de la Nación y que luego “el Estado” (la argolla de políticos ) se encargara de pagar los retiros, como es en la mayoría de países como Francia, que a duras penas pueden cubrir las pensiones, pues además y a causa de exigencias, huelgas, etcétera, los muy frescos quieren trabajar cada vez menos.
Todo va directo al hoyo negro que desaparece el dinero…
En nuestro país funcionó un esquema estatal, el INPEP, cuyos “directivos” no cesaban en sus intentos de hacerse con parte del dinero.
La doctora Francia Brevé fue nombrada como presidenta, se dio cuenta de lo que sucedía e inició el proceso que culminó con la fundación de las AFP, siguiendo el esquema ideado por el chileno José Piñera, a quien tuvimos el privilegio de tener en este periódico.
En Chile el populista Boric —a quien deberían obligar a afeitarse para quitarle la máscara— ya salió con un plan de “reforma de las AFP”, ofreciendo pensiones “dignas” a toda la gente, hasta los que nunca cotizaron un centavo…
Como ciudadanos de segunda clase serán tomados los que durante años han cotizado para su futuro, para cubrir las deudas de un señor dictador, que gasta, gasta, gasta, gasta, toma más deudas y que ahora sale con que cada día gastará miles de dólares en criptomonedas para que cuando esa basura suba como la espuma y se burle de todos los que la han venido rechazando….
Por ahora, los ahorros de la gente serán chupados sin piedad por el gran agujero negro…