"Innovar para crecer” fue el lema de ENADE para este año, el encuentro patrocinado por el sector productivo de El Salvador para orientar a sus miembros sobre los desafíos que encara la Nación y presentarles ideas y esquemas que contribuyan a salvar tantos escollos que hay en estos momentos.
Desde siempre los productores, al igual que personas de bien, de aquellos que buscan potenciar sus vidas, sobreponerse a adversidades y contribuir al desarrollo tanto de sus familias como de sus comunidades, se benefician de lo que grupos con experiencia sugieren y señalan, sea ir por caminos que prometen alcanzar objetivos deseados o igualmente, un hecho decisivo en la vida de todos, saber cómo encontrar nuevas maneras de hacer cosas.
Un hombre en algún momento del desarrollo del ser humano encontró la manera de hacer fuego, el don que el Titán Prometeo enseñó a las mortales criaturas y por lo cual los dioses olímpicos, según la mitología griega, lo encadenaron a una roca donde un cuervo le devoraba el hígado, hasta que fue liberado por el también mítico Hércules.
El fabricante de utensilios caseros tiene que buscar la manera de mejorar sus productos, sacar a la venta nuevos utensilios, como quien elabora muebles o diseña motores no debe nunca estar plenamente satisfecho, sino pensar y pensar cómo puede hacerlo mejor.
ENADE ha tenido muy buenos expositores en sus conferencias; para esta última edición se invitó a Néstor Guerra, experto en Innovación, y Marc Vidal, economista y divulgador tecnológico.
Ya estuvieron en nuestro país en años anteriores los expresidentes del gobierno español, Felipe González y José María Aznar; los exmandatarios de Colombia, Álvaro Uribe; Julio María Sanguinetti, de Uruguay; Horacio Quiroga, de Bolivia, y Ricardo Lagos, de Chile, así como Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York.
Inclusive Giuliani, cuya reputación está por los suelos por culpa de Trump, que en su momento fue un popular alcalde de Nueva York, que se distinguió como combatiente del crimen y los asaltos, vino a exponer su fórmula: no debe haber tolerancia con los delincuentes.
La inventiva del hombre es lo esencial de la civilización
El curso de la humanidad ha ido hacia arriba gracias a los inventores, desde el primer hombre que descubrió que la grasa de la carne al caer sobre la madera ardiente se mezclaba con las cenizas para hacer una amalgama que ayudaba a limpiar que es ahora el jabón, el invento de la rueda, del vino y la cerveza, de usar el pergamino para escribir al papel…
Se afirma que el grado de desarrollo de un pueblo puede medirse por su consumo de jabón y de papel, papel para diarios, para libros y revistas, para envolver productos y, en estos momentos, para reemplazar el contaminante plástico que inunda nuestros ríos, playas, mares…
Los egipcios en muchos sentidos y los chinos en otros fueron de los más innovadores, al lado de hindúes, sumerios y posteriormente europeos y americanos.
Se dice que los chinos se anticiparon a Gutenberg en usar tipos móviles, pues los caracteres chinos se prestan para ello.
Un invento “imprescindible” y que la mayor parte de gente coloca entre lo más ingenioso es el zipper, la cremallera, pero igualmente las vacunas (descubiertas por el inglés Jenner), el avión (de los hermanos Wright), todo eso se fue sumando al acervo de la humanidad; en estos momentos el conocimiento humano se duplica cada cinco años, por lo que dentro de pocas décadas esa duplicación puede ser de varios meses…
Por desafortuna hay naciones, en particular las dictaduras, donde el saber se ha estancado, donde la ignorancia se multiplica año con año, no hay progreso visible en lo que se sabe, además de que los dogmatismos, el equivalente al anquilosamiento del saber, prevalecen en tales sociedades…