Kamala Harris ha sido confirmada como la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, una mujer con una impresionante trayectoria pero con nexos con grupos "muy" de izquierda, al igual que su compañero de fórmula, el gobernador Tim Walz, que se autocalifica como "progressive", término que define a los que abogan por controles sobre la población, altos impuestos y que se solidarizan con movimientos como "black lives mater" y LGBT.
Mostrando frescura, modernidad y moderación, Harris recibió muchos respaldos tan pronto lanzó su candidatura, en primera línea de Barack y Michele Obama y varias estrellas de cine, respaldos que están muy lejos de ser "cheques en blanco" cuanto una manera de ejercer presión para que sus propuestas electorales "no desborden el vaso".
Como dijo Michele Obama, las venideras elecciones la tienen espantada.
Las agendas tanto de Trump como de Kamala preocupan en diversos aspectos, tanto en lo interno como en lo externo. Trump, que ha quedado con una imagen de conflictivo, cascarrabias y soberbio, ha acusado de Harris y Walz de ser "comunistas", pero él llegó a sugerir en un encuentro con cristianos protestantes en Florida que las elecciones de 2024 podrían ser las últimas que se celebran en Estados Unidos si él triunfa en los comicios de noviembre, pues "ya no tendrán necesidad de votar más". De Harris se ha llegado a decir que su esposo presuntamente tiene vínculos con China, aunque también se ha sugerido que Trump es muy cercano a Putin.
En muchos sentidos, el presidente Biden patrocinó programas de claro corte populista, como pagar las deudas que muchas familias contrajeron para enviar a sus hijos a la Universidad, sin tomar en cuenta que la mayoría de familias de relativamente bajos ingresos no envían a sus hijos a universidades, sino que se contentan con que ellos aprendan diversos oficios o sean adiestrados en las labores que sus padres realizan, como ser mecánicos, camioneros, fontaneros, albañiles...
En tal sentido, los niños y adolescentes de Estados Unidos están mejor que los niños y jóvenes de nuestro país, donde la OIT prohíbe que un jovencito se incorpore como aprendiz a un taller o trabaje al lado de un pariente o persona amiga aprendiendo un oficio. A la par de las restricciones de la OIT, entidad que ha sido expulsada de países en Sudamérica, se agrega el deterioro del sistema educativo en El Salvador, dado el des-financiamiento del gobierno, que en una especie de incontrolada toma de recursos, está afectando gravemente los sistemas educativos, de asistencia sanitaria, programas de vacunación.
Las ocurrencias oficiales están robando el futuro de niños y jóvenes
Volviendo a la campaña presidencial estadounidense, los demócratas están aprovechando las inconsistencias y fallas del candidato Trump, que una y otra vez vuelve al tema de haber ganado contra Biden pero que ese gane se lo robaron, además de caer con frecuencia en peroratas sin sentido, pataletas que no lo llevan a ninguna parte, pese a lo cual muchos lo siguen ciegamente, en igual forma como el flautista de Hamelin de la fábula, primero hizo que las ratas se ahogaran, pero al no ser compensado por la comunidad, después sacrificó a los niños...