Con cerca del ochenta y nueve por ciento de votos a su favor fue reelecto el general El-Sisi como “Presidente de Egipto”, demostrando así que sus connacionales han perdido del todo su capacidad mental o que se trata de un “chan-chu-llo” (expresión castellana que viene de “chancha” o burla, pero que algunos creen que es de origen chino por asociarla con Xi Jinping).
El hecho es que en ambos casos quien no está de acuerdo simplemente “desaparece”, no se vuelve a saber de él. El-Sisi tampoco tolera la más microscópica crítica, pues su policía “política” —como la que opera en este terruño— se encarga de que no haya visible disidencia y actúa peor que la de su antecesor Mubarak, ahora apresado.
El-Sisi, siguiendo la pauta de sus predecesores, está para culminar un museo de dimensiones faraónicas, que va desde la ciudad de El Cairo hasta el pie de las pirámides, cruzando, imaginamos que por un puente, el río Nilo.
Fue Herodoto quien dijo que Egipto era obra del Nilo; las regulares alzas de volumen de las aguas llevaron a los faraones a desarrollar un conocimiento matemático asombroso, lo que la represa de Ashwan, construida en parte con préstamos rusos, redujo a manejables figuras.
Desde los albores de la Historia de dónde surgen las aguas del Nilo es “un misterio”, no tan misterioso, ya que en parte coincide con las crecidas de volumen del lago Victoria y sus afluentes (nombrado así en su momento en honor de la Reina Victoria de Inglaterra, que dio su nombre a prácticamente un siglo de la historia europea, el periodo victoriano).
Ya comentamos que los egipcios pretenden que Francia devuelva la estela Rosetta, descifrada por un lingüista actuando en una nación libre, lo que los egipcios, dadas las restricciones en todo sentido que les impone el islamismo, jamás habrían podido descifrarla; una mayoría de las egipcias se cubren su cabello con un trapo, trapos que las iraníes están quitándose para demostrar su repudio a la casta de enloquecidos colocada en el poder con la venia de la administración del expresidente estadounidense Jimmy Cárter.
¿Pensiones dignas? El régimen robó los ahorros de los trabajadores
Pocas experiencias más agradables en la vida hay que superen recorrer los lugares históricos de Egipto, desde la Pirámide escalonada de Sakara, las tres grandes pirámides y la Esfinge, Luxor y Karnac, el valle y las tumbas de los Reyes y de las Reinas, Deir-es bahrí, aunque se han dado muchos casos de bandas de asaltantes que atacan turistas...
Pero el asalto y hasta la muerte de críticos de El-Sisi es peor, como ocurre a quienes oponen al podrido Maduro de la dictadura venezolana o a Ortega en Nicaragua.
La gran interrogante que la gente se hace en tantos países, urbi et orbi, es si el nuevo año va a traer un respiro al sufrimiento de pueblos enteros, o si, en cambio, las cosas irán de mal en peor. Las nuevas generaciones fulguran en su ignorancia de la Historia, no se dan cuenta, como advirtió Santayana, de que al desconocerla se está condenado a repetir sus graves errores, algo a lo que estamos expuestos los salvadoreños, a quienes entre otras cosas el régimen ha robado sus ahorros, condenándolos a una vejez miserable...