"El dinero alcanza cuando nadie roba”, repetía el entonces candidato Nayib durante su campaña, por lo que es inexplicable el motivo por el cual no hay recursos para reconstruir escuelas —hace seis meses dijo que renovaría 5,150 y no se sabe de ni una—, mejorar infraestructura, pavimentar calles, comenzar a construir el nuevo Hospital Rosales y el de Nejapa, etcétera, aunque sí los hay para construir la megacárcel, un Auschwitz en nuestro suelo, pues se ha cuestionado que no cumple con los requisitos mínimos humanitarios de Naciones Unidas, las “Reglas de Mandela”.
Exreclusos y organizaciones de derechos humanos han denunciado que dentro de los penales salvadoreños se tortura salvajemente, incluso con el hambre, lo que lleva a una lógica interrogante: ¿cuándo es que una delegación vendrá a nuestro país a inspeccionar, sea para desmentir lo que se dice o para corroborar las denuncias?
Estados Unidos, país que el aspirante a Sultán vitalicio pasa insultando, anunció que va a invertir veintisiete millones de dólares en el refuerzo académico en matemática y lectura de maestros y alumnos de 300 escuelas, un gesto que se debe agradecer por todos. Mientras tanto, no se sabe de ningún avance en las 5,150 escuelas que hace seis meses anunció el régimen que iba a remozar. En la mayoría de los planteles los techos están sumamente deteriorados, los sanitarios casi en abandono, se carece de textos, no tienen seguridad y es frecuente que las pandillas roben enseres…
Si también se piensa remozar las escuelas, vamos a lanzar dos sugerencias al respecto:
—la primera, que se tomen todos los cuidados para que los constructores no tengan nada que ver con el régimen por la maña de robar lo que está a su alcance, usar materiales de inferior calidad, meter a parentelas y amigatelas en el asunto…
—la segunda es organizar a las comunidades para defender sus intereses versus los abusos del régimen, siendo el más grave la desaparición del Fodes en el gran agujero negro dentro la Casona, que se dice que traga todo centavito que llega por allí.
Sería de enorme beneficio a las comunidades si como parte del esfuerzo para capacitar a los docentes se reviviera el programa EDUCO, que el profe Sánchez eliminó casi al primer día de ser investido presidente después de un cuestionado recuento electoral. Ahora está ahora bajo protección de Ortega en Nicaragua…
Hay que fortalecer la unión de maestros, padres, comunidad
EDUCO fortalecía el espíritu comunitario al integrar docentes, padres de familia, alumnos y líderes comunales en un cuerpo abocado a defender los intereses que todos tienen en común y muy especialmente en hacer lo que este a su alcance para que los niños y jóvenes no caigan en poder de las pandillas criminales.
Una asociación como EDUCO (o como se le quiera llamar) velaría para que el esfuerzo y los recursos destinados a la reconstrucción de escuelas no se pierda en el tiempo, que esas estructuras y el espíritu tras ellas perduren en el tiempo.
En un reciente editorial de este gran Diario señalamos los bajos niveles de escolaridad prevalentes y cómo apenas dos de cada diez jóvenes logran incorporarse a educación universitaria.
Es lo que menos conviene a Estados Unidos, pues en la medida que la población esté educada, tenga la capacidad de cuidarse a sí misma y generar su sustento, menos presión ejercerá sobre la frontera sur de Norteamérica, a diferencia de lo que inevitablemente sucede cuando un país queda literalmente en bancarrota y tiene que prestar dinero para “salir adelante”…