"Apaguen las tabletas y enciendan el cerebro” es el nuevo mensaje de los suecos a los maestros, después de encontrar que el aprendizaje con tabletas afecta la creatividad, el conocimiento y el posterior desarrollo de los educandos, a diferencia del aprendizaje utilizando libros y todo material impreso de lectura.
Las tabletas, al igual que los teléfonos inteligentes como los que hoy en día se usan por centenares de millones de personas en todo el mundo, generan malos hábitos, exponen a que niños y jóvenes sean víctimas de engaños, de depredadores que buscan seducirlos e inclusive secuestrarlos, como son tantos los casos que han sucedido desde que el “telefonino” apareció en escena con la introducción del primer teléfono de esta naturaleza por Apple.
Los teléfonos inteligentes por lo general anuncian “juegos”, muchos de los cuales pueden generar ludopatía en niños y jóvenes, arruinándoles sus vidas; los jugadores empedernidos pasan parte de su vida buscando dónde “jugar”, como cualquiera puede contemplar en los casinos de Las Vegas, en Nevada, y en su peor versión, los casinos de Macao donde mafias se disputan a balazos del control con muertos hasta en la calle.
Nuestro país estuvo libre del juego hasta que un ahora ex-alcalde arenero autorizó el primer casino en nuestra capital, abriendo el torrente en el país entero.
Las tabletas en el aula, como lo comprobaron los suecos, se presten para que los educandos se distraigan, no presten atención, escriban en ellas y no a mano, lo que cambio cuando se reintrodujo el libro y los materiales impresos, además de recurrir a lo que era norma antes en nuestro país: dictar contenidos a los niños y en tal forma ayudarles a crear sus estilos personales y redactar con una medida de elegancia cartas y resúmenes, los que hoy en día se exigen a quienes aplican a un trabajo o exponen deseos y metas.
A esto se debe agregar un hecho de mucha importancia: leer en el aula y con frecuencia obras importantes de literatura, poesía, historia, conduce a que muchas personas a lo largo de su vida tengan libros “en su cabecera” y lean cuando la ocasión se presenta.
Lo mejor es quitar celulares a niños menores de doce años
Leer libros es la mejor forma de adquirir conocimientos, viajar imaginariamente a través de los siglos, informarse de lo que se descubre y se investiga en las fronteras de la investigación de toda naturaleza.
Las tabletas, por el contrario, pueden hacer de una persona lo que los estadounidenses llaman un “couch potato”, el hombre sentado en un sillón a quien otros le transmiten lo que a ellos les da la gana transmitir, exponiéndolo a caer en garras de los propagadores de noticias falsas ( fakenews ), como la desinformación transmitida por Fox News sobre el supuesto gane de Trump en las elecciones, lo que forzó al canal a pagar seiscientos millones de dólares por difamación a empresas encargadas de tabular resultados, además de poner “de patitas en la calle” a Tucker Carlson.
A nuestros lectores y audiencia: hagan el esfuerzo para que hijos lean; quiten los celulares de niños menores de doce años…