"Mami, van a cerrar mi escuela..." La regla "en el país más seguro del mundo" es que primero arrasan, destruyen, cortan árboles, llevan a cabo despidos masivos de empleados públicos para pasar esos fondos a la Casona...
La enseñanza, la salud pública, la reconstrucción de hospitales y mercados incendiados, arreglar puentes... las 5,150 escuelas prometidas, siguen siendo eso, "puras promesas", al punto que llegan cuadrillas del régimen a un vecindario o pueblo, destruyen parte de una escuela o instituto pero no regresan a terminar la obra, de igual forma como los puentes nuevos fallan antes de terminarlos.
Lo propio habría sido tener listo un local donde mover la escuela, pero eso no es "prioridad", como lo demuestra el que hayan reducido los presupuestos de educación pero sin tocar lo que se destinará para el "aeropuerto de Oriente" que ninguna línea aérea ha dicho que va a utilizar…
¿Qué harán ese niño, sus compañeritas y compañeritos? ¿Dónde serán reubicados los maestros si no es que corren igual suerte que los miembros de la Sinfónica?
Destruir escuelas sin reemplazarlas de inmediato es golpear muy duro no solo el futuro de sus alumnos y sus familias, sino el futuro de nuestro país, que se presta en estos momentos a "ayudar" a Haití a combatir el crimen, sin duda pasando los trucos para capturar al azar, torturar y "desaparecer" en muchos casos, crear un permanente clima de miedo.
En un momento en que casi la mitad de las familias salvadoreñas no saben cómo van a comer ellas y sus hijos, enviar a los niños a la escuela es un esfuerzo de mérito, lo que es la base del futuro de El Salvador, pues lo opuesto, un país con muchos analfabetos y personas que no tienen la capacidad para hacer lo elemental, es una nación en gran parte fallida, después de habernos situado como "del Segundo Mundo", en ese momento un tanto debajo de países como Portugal.
En lugar de fortalecer la educación pública se le restaron 60 millones de dólares al presupuesto 2024 del ministerio de Educación y 34,709,893 dólares en el presupuesto 2025, así como se despide a centenares de empleados del ministerio de Cultura y se cierran las casas de la cultura, para fortalecer a Casa Presidencial, la propaganda oficialista y a Defensa.
Sólo hay que recordar el desmedido despliegue de cobertura para la visita presidencial en Argentina, que no tuvo mayor trascendencia ni allá ni aquí salvo porque se encadenó por varias horas al medio día a los medios de comunicación salvadoreños.
Lo que "la foto" va a costar a los buenos salvadoreños
Como lo mostró en Argentina, lo importante para el régimen salvadoreño es la propaganda, el despliegue, las imágenes, la ficción de aparentar una tierra que mana leche y miel y todo felicidad.
Como bien dijo San Josemaría Escrivá de Balaguer, un picapedrero puede echar abajo una catedral que tomó siglos levantar, precisamente lo que sucede a El Salvador y para el caso lo del estadio chino: tiene mucho más valor lo que tienen proyectado destruir, desde la Escuela Militar y los terrenos donde el elefante blanco que va a construirse por chinos, no mano de obra salvadoreña, literalmente para tomarse una foto en la inauguración.
Ya tenemos el nuevo estadio de la Flor Blanca bautizado "Mágico González" al igual que el Estadio Monumental Cuscatlán o el de Las Delicias en Santa Tecla, como si fueran tantos los equipos que se disputan trofeos, además de las canchas informales que existen en el Gran San Salvador, a lo que se suma el hecho de que los clubes no siempre pueden pagar a sus jugadores y dotarlos de equipos adecuados.
Pero "por la foto" no importa que llueva fuego...
Hay, gracias a Dios, un gran número de salvadoreños educados, adiestrados para realizar diferentes labores, con estudios universitarios e inclusive con posgrados obtenidos en el exterior que pueden contribuir grandemente en la labor de reconstrucción moral, institucional y material cuando llegue el momento de hacerlo, una de cuyas principales tareas será que no haya niños que se queden sin sus escuelas…