Procurar que todos los niños tengan acceso a educación, a ser vacunados, a vivir en paz unos con otros debe ser una meta común tanto de gobernantes como de todo líder comunitario.
Sin embargo, en El Salvador se le restan millones de dólares al presupuesto de Educación, se eliminan casas de la cultura, el Coro y la Sinfónica de El Salvador y se margina a los académicos de la historia y las letras.
Además, ya no les importa haber incumplido la promesa de reconstruir 5,150 escuelas, a razón de mil por año.
La escuela es la puerta hacia un mejor futuro
Viendo este desinterés por la educación de los niños y jóvenes, los pobladores del cantón La Ceibita, en La Unión, están urgiendo que se repare la escuela de la localidad, que se mantiene abandonada.
De igual manera, los vecinos de la comunidad Flor Blanca, del cantón San José Cortez, en Ciudad Delgado, sacrifican sus domingos para hacer jornadas de reparación de la calle. Ellos forman cuadrillas y trabajan juntos a falta de una respuesta estatal que esperan desde hace décadas.
Como dijo nuestra columnista Teresa Guevara de López, hay suficientes salvadoreños capaces de meter hombro a toda situación, sobreponerse a obstáculos y sacar adelante a la nación, salir del lodazal en que por ahora nos encontramos.
Con frecuencia los maestros pagan de sus salarios el acceso al internet y mejoras debido a que misteriosamente los dineros de los contribuyentes "desaparecen" en el agujero negro de la Casona...
Por cierto, el acceso al internet, en el futuro, podrá estar a disposición de todos los pueblos de la Tierra, gracias a un plan del Gobierno del Canadá, consciente de como eso puede mejorar el destino de personas, familias y comunidades que hasta el momento solo sueñan contar con ello.