En El Salvador, el 62.8 % de los estudiantes de entre 15 y 16 años no alcanzan los niveles básicos de conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura.
En las pruebas a las que fueron sometidos, estudiantes salvadoreños iban muy por debajo del promedio de otros países. En matemáticas, por ejemplo, los connacionales obtuvieron 343 puntos en comparación al promedio de 472 puntos de los otros países. En ciencias tuvieron 373, colocándose en el lugar 137, mientras que para lectura obtuvo 365 puntos, colocándose en el lugar 131.
Muchos estudiantes están muy mal alimentados.
Llegar a estos hallazgos sólo fue posible mediante la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA), desarrollada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD) y a la que se sometieron 7,500 estudiantes de 293 escuelas del sector público y privado en 2022.
“Prácticamente estamos en el sótano de la calidad con Paraguay, con Camboya, República Dominicana, que son los países de más bajo desempeño y calidad”, advirtió el doctor Óscar Picardo Joao, investigador educativo y columnista de este periódico.
Para los especialistas, no es una sorpresa que el país se haya ubicado en los últimos lugares de la prueba PISA, pues estos resultados se venían dando desde la PAES y se reafirman con estudios que presentan datos científicamente validados.
La verdad es que la enseñanza es una de las víctimas de las políticas del régimen y hay hechos que lo confirman contundentemente.
De repente y en medio de confusas explicaciones se movieron 60 millones de dólares de Educación a “Hacienda”. El INSAFORP, la entidad que capacita personal y técnicos de todos los niveles de las empresas del país, fue prácticamente desmantelado y sus presupuestos embolsados por el régimen. A ello se suma la “promesa” incumplida de reconstruir 5,150 escuelas en cinco años, a razón de mil cada año, lo cual terminó de confirmar que la educación no es prioridad para el régimen.
En muchos de estos centros los maestros pagan de su bolsillo la conexión a la internet, a lo que se agrega que programas de enseñanza o capacitación sostenidos por las municipalidades dejaron de existir cuando el régimen se embolsó los fondos del FODES. Otra víctima del saqueo han sido los programas de becas.
El doctor Picardo Joao señala el perjuicio causado a los jóvenes del sistema público —el único al que tienen acceso la mayoría de familias en El Salvador— al quedar desfinanciados, a lo que se suma el perjuicio de la “promoción automática”, que quita el incentivo a muchos educandos para superarse, para aprender.
Al reducir la calidad de la enseñanza se roba a los niños y jóvenes salvadoreños una parte importante de su futuro, lo que les da las herramientas para ser independientes, poder ganar su sustento sin literalmente andar mendigando.
Otras grandes deficiencias según los especialistas
Vamos a agregar lo que otros expertos dicen sobre lo que sucede con la enseñanza nacional por ser un asunto de interés tanto para las familias y las comunidades como para toda persona que se preocupa sobre nuestro futuro.
No se han priorizado las mejoras y capacitación para los docentes.
Cada ministro ha llegado a querer “dejar huella” y esto no ha permitido desarrollar programas coherentes para mejorar la educación, sino que se han cambiado cada quinquenio.
Por eso “no tenemos una idea clara de para dónde vamos, qué es lo que necesita el país y por consecuencia construir un sistema educativo adecuado para ello”, advirtió el doctor Picardo.
La principal falla está en los métodos de evaluación y en la promoción automática, según comentaron docentes salvadoreños.