De las mil escuelas que ofreció reconstruir el régimen cada año, hasta donde se sabe, ni una sola de ellas se ha materializado, a lo que se agrega un hecho grave: al caer encima de los fondos del FODES para que las necesidades comunales se centralizaran en un ente de “Desarrollo Municipal”, la mayoría de alcaldías está casi en la lipidia, muchas sin poder atender necesidades básicas de la población, como limpieza y reparación de calles, cuidado del cementerio, ornato de parques…
Centralizar esas funciones con el poco dinero de esa entidad que no se ha movido a “Hacienda” es muy poco o nada eficiente, considerando que “más sabe el loco de su casa que el cuerdo de la ajena”, por lo que la asignación de poco dineros se haría casi a ciegas…
La consecuente lipidia comunal afecta la enseñanza de niños y jóvenes, que en muchos casos se ven forzados a recibir clases bajo techos deteriorados y mobiliario en malas condiciones, sin que los maestros dispongan de lo necesario para enseñar, por lo que muchos de los docentes se ven forzados a cubrir personalmente ciertas necesidades.
Sistemáticamente el régimen ha venido recortando fondos para educación y formación profesional para pasarlos a “Hacienda”, de donde no se vuelve a saber nada de su destino final.
Es lo que sucedió con el CENAR, un centro de formación de artistas en diversos campos, desde músicos y a falta de un conservatorio, hasta creadores plásticos, pintores…
Al deterioro del Centro se suma que se prioriza el “ballet”. Si bien hay una excelente tradición en nuestro país gracias al esfuerzo de Alcira Alonso, argentina que hace muy poco nos dejó, como a Morena Celarié, aparentemente asesinada hace 50 años en La Puerta del Diablo, el ballet se practica por un escaso número de jóvenes que tienen los medios para sostenerse, no por quienes se encuentran en precarias condiciones económicas a causa de las políticas que han venido implantándose y que han causado que cerca de la mitad de familias salvadoreñas caigan en pobreza.
El más reciente y muy duro golpe a la formación y especialización del personal de empresas es la decisión del régimen de tomarse los presupuestos y las instalaciones del INSAFORP, entidad ahora que se presenta como “un nuevo INSAFORP” que quedaría en manos de burócratas, lo que debe motivar a las empresas que contribuyen a retirar sus aportes, aunque conociendo como pasan las cosas en esta finca privada que otrora fue El Salvador es posible que reciban amenazas, auditorías sobre auditorías sobre auditorías para cargar sobre el sector productivo del país un nuevo impuesto que pasaría a “Hacienda” y de allí al espacio sideral.
La grotesca mamandurria a costa de niños que han perdido padres…
La creciente pobreza está afectando a muchos niños del país tanto en su desarrollo físico como intelectual. A esto se suma la grotesca actitud de los burócratas, que hacen prácticamente imposible las adopciones, no permiten que personas vean a los niños para generar empatía con ellos, sino que de entrada les asignan niños con graves enfermedades cuyos tratamientos no pueden pagar las familias… esa mamandurria debe finalizar e inclusive facilitar que familias del exterior puedan adoptar niños salvadoreños en lugar de arriesgarlos a morir cruzando el río Bravo para buscar una nueva vida en Estados Unidos…