El gobierno ecuatoriano enfrenta una grave crisis que se agudizó al ser asesinado el popular alcalde de Manta, Agustín Intriago, y desbordarse de las cárceles las luchas entre pandillas que se disputan el control en el tráfico de drogas, según se dice, producidas éstas bajo la protección de la narcodictadura chavista y los carteles de Bolivia y el clan de “los Suárez”.
El presidente Guillermo Lasso decretó un estado de excepción en dos provincias del centro y zona costera de Ecuador, además del toque de queda, al mismo tiempo que decretó estado de emergencia en todas las cárceles del país y autorizó a las fuerzas armadas a retomar su control tras los enfrentamientos carcelarios que dejaron 31 muertos.
Bolivia sigue siendo manipulada por Evo Morales, que en más de una ocasión se atavió de plumas para rendir culto a los dioses andinos.
La coca, la planta de donde se obtiene la cocaína, ayuda a resistir las alturas; cada viajero que pone pie en la capital, La Paz, toma religiosamente, con cada comida, su infusión de coca, pero se necesitaría tomar un barril de ese líquido para pasar de efectos calmantes a endrogarse.
No se necesitan mayores luces mentales para saber cuál es la raíz del mal y dónde se maneja tanto el suministro de droga a la mayor parte de naciones hispanoamericanas como a Europa y África vía vuelos que parten de aeropuertos irregulares a pistas al sur del Sahara, desde donde las distintas mafias las distribuyen.
Un estudio del Gobierno de Estados Unidos y el portal Insight Crime estableció que Venezuela se habría convertido en los últimos años en un país productor de droga, después de décadas de ser un puente clave para el tráfico de sustancias ilegales.
En las últimas semanas la policía italiana se ha dado a la cruenta tarea de desmantelar la ‘Ndrangheta, la poderosa mafia calabresa.
Pero tales meneos no tocan la raíz del mal: mientras se mantenga la narcodictadura chavista y su clan de corruptos militares, sucederá como con la hidra de la mitología griega: aplastan una a una las cabezas del monstruo pero de él brotan más y más cabezas…
La narcodictadura mueve los horrores en América
En Asia traficar con droga lleva a la horca. En Singapur van a ajusticiar a una pobre mujer a quien le encontraron treinta gramos de heroína, lo que es una especie de gotita en el océano de droga que mueven venezolanos, bolivianos, colombianos y mexicanos a lo largo y ancho de América.
La heroína, debe señalarse, es la droga que sostiene a los talibanes, que cultivan la amapola…
Solo ahora están conociéndose las ramificaciones del clan de Sinaloa, el gran cartel fundado por el “Chapo” Guzmán, cuyos hijos pretenden incursionar en el propio distrito federal, allí donde viven veinte millones de personas…
El “Chapo” está confinado en una celda donde no tiene contacto con nadie y apenas, se dice, puede ver el firmamento a través de una pequeña ventana, lo que resulta peor que si lo hubieran enviado a la cámara de gas o a la horca, igual tragedia que la de los drogadictos, sin luz en sus vidas…
Las batallas entre los carteles llegan a extremos alucinantes, con decenas de miles de muertos cada año, a lo que se suma el tráfico del fentanilo, una droga artificial que se dice que embrutece y envicia con solo probar el veneno…
Una actriz de Hollywood, al hablar de su hijo, se lamentó de que nada podía hacer por él, ya que había caído víctima de la droga, perdiendo mente y cuerpo, sólo esperando el momento en que deje este mundo…