El Partido Republicano de Estados Unidos fue, desde Abraham Lincoln, el defensor de los principios libertarios y de las grandes tradiciones morales de la nación. Pero en el momento actual ha caído, o está por caer, en una especie de “culto a la personalidad”, casi convirtiéndose en una secta que casi ciegamente se acopla a los intereses personales de quien ha sido acusado de altar el asalto al Capitolio para revertir los resultados electorales que daban el gane a la fórmula Biden/Harris.
En esa horrible insurrección cinco personas murieron, otras han quedado con serias lesiones, se sufrieron graves daños al edificio del Capitolio y se dejó un precedente nefasto al país.
El fenómeno tiene precedentes de pueblos que caen hipnotizados por demagogos y charlatanes, siendo el más diabólico el nazismo, que pese al alto grado cultural de los alemanes sucumbió a la prédica racista y de odio de Adolfo Hitler, lo que condujo a campos de concentración, crueldades sin nombre y las cámaras de gas.
Según se informó, en una reciente entrevista Trump ha llegado a comparar a los inmigrantes con Hannibal Lecter, el asesino en serie y caníbal dela película “El silencio de los inocentes”, además de decir que provienen de manicomios, hablan idiomas “del planeta Marte” y sus hijos no van a la escuela ni practican deportes.
Trump ha anunciado, como promesa, que su juicio va a aportar un enorme respaldo a su candidatura, que llevará a cabo la mayor expulsión de inmigrantes irregulares “de la historia”, lo que debe mover a muchos ciudadanos de origen latino unirse para proteger a connacionales que no han conseguido, hasta el momento, arreglar su situación migratoria.
Trump ya dijo que incluso tratará de quitar la ciudadanía a personas nacidas en Estados Unidos cuando sus padres no hayan sido ciudadanos, lo que empero solo puede hacerse reformando la Constitución.
En el mundo violento de hoy el timonel debe ser sensato
En su fobia contra los inmigrantes, Trump choca con la postura de Abraham Lincoln, el gran republicano, que dejó escritos a favor de la inmigración, más considerando el hecho de que en el Estado de Texas cabe la población mundial y la posibilidad de albergarlos y alimentarlos.
Texas es más grande que Francia y España juntos, a lo que se debe agregar que ambas naciones tienen poca densidad poblacional en comparación con los países del Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo).
En España hay regiones literalmente “casi vacías” con poblados de apenas doce habitantes, como se da también en otros sitios de Europa.
Trump, al igual que el criminal de guerra y envenenador Vladimir Putin, miente permanentemente, al punto que después de hablar en mítines periodistas y políticos señalan todas las mentiras que profirió.
Europa, se dice, está preparando medidas para contrarrestar lo que Trump vaya a perpetrar, más considerando su declaración de que Putin puede hacer “lo que quiera” a los países que no hayan pagado plenamente sus aportes a la OTAN.
En el convulso mundo actual poner al timón de la nación más poderosa del mundo y asiento de la democracia a una persona impredecible, que además antepone sus intereses a los de su pueblo, es escalofriante, tenebroso.