Descartar la bicentenaria Constitución de Estados Unidos, echarla al cesto de los papeles inservibles, es la decabellada y más reciente propuesta del expresidente Trump, lo que el bukelismo ha tratado de hacer El Salvador y para ello se aseguró de hacerse con el poder judicial, cuyos fallos no son apegados a la ley sino a lo que se les “sugiere” desde CAPRES.
Descartar, anular una Constitución es el equivalente a dejar indefensos no solo a los pueblos frente a los abusos de un mesiánico, sino en especial “a la gente de a pie”, a los que no disponen del dinero para pagar abogados defensores, presentar recursos, mover en alguna medida a la opinión publica aunque llamar a una sala de Redacción, ir a las oficinas de un periódico o un noticiero, siempre contribuye a que su caso reciba un tanto de atención, que el atropello no acabe con él.
Es el predicamento en que están en estos momentos los pobladores de Soyapango, que pueden ser apresados para “llenar una cuota de capturados”, porque no le cayeron bien al cachuchudo…
Que no se repitan casos como el de una jovencita de dieciséis años que estaba embarazada, fue apresada y perdió su bebé en la cárcel es un argumento a favor de cuidar las garantías constitucionales que se enmarcan en una Constitución.
A lo que llega esa clase de personajes, cuyo ego está muy por encima de sus reales capacidades, fue encapsulado en una genial frase por la hija de un expresidente que marcó su paso en la historia de Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, un personaje extraordinario que necesitaba estar siempre en “el centro del escenario”, alguien que “quería ser el muerto en todos los entierros, la novia en todas las bodas y el bebé en todos los bautizos”.
Pero Teodoro Roosevelt es un gigante en comparación con Trump, el personaje de nuestra época cuya mesianía le lleva a creer que por derecho divino debe ser el presidente vitalicio de Estados Unidos, lo que es el común denominador de los autodesignados reyezuelos del mundo pero cuyos súbditos no tendrían ninguna objeción de que sean “el cuerpo en todos los entierros…”
Fuera de la Rosarito, ¿cuántos en Nicaragua, si es que hay alguno, eleva oraciones para que Daniel viva más de una semana en el venidero futuro?
Por miedo a sus súbditos y a sus pecados, los dictadores van en blindados
Los últimos sucesos en China, en Irán, en Rusia como secuela del ataque del criminal de guerra y envenenador Putin, indican, como señala un analista de CNN, que son las dictaduras y no las democracias las que están bajo asedio pues más y más sus abusos, su corrupción, su absoluto desdén por la ley, la racionalidad, la decencia, están rebalsando la paciencia de sus sometidos súbditos.
En la actualidad y cuanto más y más el rechazo de los chinos a la dictadura crece, el símbolo de la revuelta es una hoja de papel en blanco: ninguna soldadesca va a golpear o apresar a alguien por tener en sus manos una hoja de papel en la que nada está escrito, pero en la que todo se dice…
En las democracias los presidentes y ministros van por las ciudades con escasa escolta; los dictadores, en cambio, se rodean de decenas de guardaespaldas, van en caravanas de docenas de vehículos por el miedo que tienen a los atropellados por sus soldadescas…