Destituir a los jueces que oponen o estorban sus arbitrariedades --como sucede en nuestra tierra-- no procede, ha hecho ver el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, John Roberts, al presidente Trump, más en el caso de jueces federales que tienen nombramientos de por vida.
Trump pretendió separar de su cargo al juez James Boasberg, quien ordenó suspender la deportación a nuestro país de 238 de quienes juró y perjuró que eran "monstruos" de la pandilla Tren de Aragua, aunque después ha trascendido que un centenar de los trasladados eran sólo migrantes detenidos.
Aunque no cometieron delito en el país ni hay una autoridad que garantice sus derechos como todo ser humano, los venezolanos actualmente están recluidos en una de las infernales cárceles del régimen bukeliano, lugares donde se tortura y se mata sin clemencia alguna.
Para Trump, el haber sido elegido en comicios le da la facultad para colocarse sobre la ley y disponer de vida y obra de sus semejantes, incluso desconocer sus derechos y negarles el debido proceso, por lo cual, según el presidente, ni el juez Boasberg ni ningún otro tiene poder para frenarlo.
Por su parte, el magistrado presidente Roberts le recordó a Trump que no hay jueces de Obama o Clinton sino que son jueces que deben actuar imparcialmente ciñéndose a la ley y las evidencias que se presenten al tribunal, cumpliendo con una tradición que arranca desde el Código de Hamurabi, la recopilación del Derecho Romano por el emperador Justiniano, la Carta Magna...
Y es tan preocupante el nivel de intolerancia y discriminación al que se ha llegado, ya que la cadena Telemundo informa que le fue negada la entrada a un viajero a Estados Unidos porque en su teléfono tenía críticas contra Trump.
El representante de El Salvador en las Naciones Unidas dijo que todos los venezolanos enviados a Él Salvador "son criminales" pese que se ha informado que hay muchos de ellos que vivían honestamente e inclusive uno que tenía y manejaba una peluquería en Chicago, mientras la madre de uno de los encarcelados dijo que el hecho de que su hijo estuviera tatuado no era señal para declararlo delincuente, más ahora en que "la gran moda" es tatuarse, pese a los perjuicios que ello puede causar al sistema inmunológico del cuerpo.
Las cárceles en nuestro suelo operan como antesalas del infierno, donde se tortura, se deja morir a personas, se mantienen en las condiciones más deplorables a adolescentes, a acusados falsamente y a presos políticos como el exalcalde Ernesto Muyshondt y al suegro de Funes, este último en una cárcel de "máxima seguridad" que debió haber ocupado por saqueador y asesino.
Aquí los jueces llegan con la condena sin oír ni a defensores ni acusadores
En todo caso el "novelón" de la dictadura bukeliana sigue su curso partiendo de las ocurrencias de quien se cree dueño y señor de la nación, lo que entre otras cosas ha hundido a la mitad de la población en la pobreza mientras la enseñanza y la atención a la salud están en la precariedad...
La más elemental regla de la justicia es que cada persona que sea acusada de cometer un hecho que viola leyes o afecta a otros debe juzgarse de acuerdo con las pruebas que se presenten en un tribunal, lo que excluye tanto "inventar" cargos como el que se acusa al reo político Muyshondt de "no cumplir deberes", además del hecho muy usual de que se denuncia que los "jueces" del régimen se presentan al tribunal con la sentencia ya lista, sin haber escuchado ni al indiciado ni a sus defensores...
El Salvador queda en un papel vergonzante prestándose para ser el calabozo de extranjeros que no han cometido delito en el país, que no se sabe realmente quiénes son ni si han recibido el debido proceso antes y que en un futuro pueden demandar por haber desconocido sus derechos...