Una “relación especial” con el criminal de guerra y envenenador Putin reveló el dictador turco Erdogan, lo que es más que natural, pues ambos son parte más que notoria de la cofradía de torturadores y “desaparecedores”, a la cual pertenecen tanto Xi Jinping como los desquiciados mentales de los ayatolas iraníes, los talibanes, El-Sisi de Egipto, Maduro, Ortega, Giammattei y ya se imaginan quiénes más…
Casi literalmente el mundo contemporáneo puede dividirse entre países que se abstienen de emplear la violencia como un arma institucionalizada y aquellos donde la tortura y las “desapariciones” son un expediente para mantener en el poder a desquiciados mentales.
Hace muy poco se recordó que Nicolás Maduro cumplió más de 20 años de estar torturando y matando de hambre a los venezolanos, la razón por la cual tantos de ellos escapan de su tierra natal y buscan entrar a Estados Unidos, aunque Perú, Colombia y Chile están para facilitar el asentamiento de esas personas en sus territorios, que en el caso de Perú son de una muy baja densidad demográfica.
Lo que mutatis mutandis se puede decir tanto de Estados Unidos (donde solo en Texas puede vivir la totalidad de la población mundial) como en la parte de Colombia adyacente a Brasil.
Tanto en Chile como en Brasil hay regiones donde se han asentado alemanes y chinos; en Perú los inmigrantes chinos y japoneses —y el caso de Fujimori lo ilustra— han aportado mucho; las “chifas” combinan parte de tradiciones culinarias chinas con la excelente y muy variada cocina peruana, uno de los sobresalientes atractivos turísticos del país, que se sostiene en parte precisamente con tal “industria sin chimineas”.
En tal sentido América del Sur es un continente de muy baja densidad demográfica, pese a lo cual las campañas para “limitar la población” son frecuentes, como falsamente se atribuye a Herodes el Grande con la “matanza de los niños inocentes”.
Herodes el Grande murió OCHO años antes del nacimiento de Cristo, a lo que se agrega que procónsules romanos no habrían tolerado en ningún momento tal horror.
La reciente reunión del G-7 en Hiroshima, a muy poca distancia del Museo del Holocausto, tuvo como objetivo destacar los horrores que una guerra nuclear acarrearía, considerando las amenazas del desquiciado mental Vladimir Putin de usar artefactos atómicos para devastar aún más a Ucrania, visto el fracaso de una agresión que en su perversa mente en cuestión de semanas doblegaría toda resistencia.
Las leyes, la convivencia, la paz deben prevalecer sobre la locura
El ego del demente, lo usual en esa clase de monstruos desde Nerón y Calígula hasta Fidel Castro, literalmente no admite haber fracasado estrepitosamente, que sus “grandiosos sueños” son desvaríos de mentes muy enfermas, de ególatras satánicos.
Zelenski, la encarnación de la voluntad de los ucranianos de defender su soberanía y su democracia, llegó a Japón a reunirse con los presidentes de varios países, entre ellos Modi de la India, para exponer las atrocidades perpetradas por las tropas al mando del enajenado Putin, a lo que se suma el incremento de artefactos nucleares por China y que constituyen una amenaza a toda la humanidad.
Las democracias, los países que se rigen por un Orden de Derecho y lo racional, que buscan la convivencia y el respeto a la dignidad humana, deben prevalecer en estos críticos momentos sobre torturadores y malvados…