Una bebé murió al contraer neumonía en la ergástula donde estaba confinada su madre, a quien debió dársele arresto domiciliario colocándole un brazalete localizador, lo que también debe hacerse por razones humanitarias con los presos políticos del régimen como Ernesto Muyshondt, Raúl Mijango y Catalino Miranda, personas cuya salud está visiblemente deteriorada.
El nuevo comisionado de “derechos humanos” nombrado por el régimen, un colombiano que dio declaraciones al llegar, según sus palabras “a la República DEL Salvador”, tiene la ingente tarea de vigilar el cumplimiento de normas humanitarias, aunque quien lo nombro, por lo mismo, puede despacharlo de regreso a la más que revuelta Colombia “si no dice lo que le dicen que tiene que decir”; igual pudo el régimen nombrar a uno de sus allegados o parientes cercanos para lo mismo, pero se busca impresionar a la gente en este suelo con que “todo un extranjero” venga a proteger los derechos y libertades de los salvadoreños.
Diremos que ninguna mujer embarazada debe estar confinada en los campos de tortura, sino en arresto domiciliario con todo y brazalete….
Pero, según ha trascendido, el dicho comisionado dijo que “en toda guerra hay muertos de uno y otro lado”, repitiendo la postura de “daños colaterales” del señor vicepresidente Ulloa, lo que choca con un hecho: aquí no estamos en guerra ni es válido que indiscriminadamente gente inocente muera, como ordenó Truman en 1945 al lanzar bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas y luego destruir hasta el suelo ciudades alemanes después que se habían rendido.
El régimen cuenta con todas las facultades para no llevarse de encuentro a personas inocentes ni andar repartiendo palos a ciegas, pues cada acusado debe ser oído y tener la oportunidad de demostrar su inocencia cuando así sea, lo que no se ha dado con varios detenidos que sufren problemas mentales, o personas a quienes la soldadesca, “los jueces de la calle”, detuvieron y que al no recibir cuidados médicos murieron pocos días después de ser liberados, como ocurrió al señor Oscar Ernesto Hernández, que en Navidad personificaba a Santa Claus para divertir a los niños de su municipio, Sacacoyo.
Las capturas realizadas a la diabla, con frecuencia de jóvenes de zonas pobres, han tenido como consecuencia que muchos de ellos hagan lo imposible para salir del país, ya que pese al dicho de “quien nada debe, nada teme”, muchos que nada deben han sido capturados arbitrariamente, como el caso del joven detenido cuando salía de graduarse como licenciado de una universidad muy conocida y fue liberado tiempo después pero con las lógicas cicatrices emocionales, una experiencia que va a amargarle por muchos años.
Si realmente quiere conocer sobre los abusos y violaciones contra los derechos humanos, el nuevo funcionario debe hablar con Cristosal, con Fespad, con el Socorro Jurídico Humanitario y otras organizaciones que han documentado incluso que 153 de los detenidos por el régimen murieron a causa de abusos y tortura en las cárceles bajo custodia del Estado; además debe hablar con los familiares de los detenidos en las afueras de El Penalito, Apanteos o Mariona…
Dictadores de manos sangrientas se unen para proteger a Putin
El terror no es una fórmula sana para estar sentado en un trono, como está dándose cuenta el criminal de guerra y envenenador Vladimir Putin, a quien sus “grandiosos sueños” de ser recordado como el hombre que engrandeció Rusia y que ahora ve desmoronarse poco a poco su esquema, pese al apoyo que la cofradía de homicidas continúa prestándole.
No hay dictador en la actualidad con sangre en sus manos, como Lukashenko y Xi, que no recurra a todos los meneos posibles para proteger a Putin del creciente repudio a su guerra y sus crímenes, el último el envenenamiento en pleno vuelo del exembajador de Rusia en Cuba…