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Se envía ayuda al exterior y se descuidan las necesidades internas

La mayoría de nosotros, los salvadoreños, estaríamos más que encantados de correr en auxilio de los damnificados, no solo de Costa Rica, sino también de Valencia, España, pero en un país donde la mitad de la población a duras penas logra sobrevivir, ser "iluminado farol" de la calle y oscurana en la casa es un contrasentido, una sangrienta burla a los pobres en nuestro suelo.

Por El Diario de Hoy |

Bukele envió a Costa Rica "un avión lleno de víveres y materiales" para los damnificados por inundaciones causadas por el huracán Rafael.

No está mal ser solidarios y ayudar a nuestros hermanos centroamericanos en desgracia, pero siempre que se provea justicia y se resuelvan las necesidades de nuestros hermanos en casa, los salvadoreños cuyas viviendas, automóviles, sembrados y bienes han sido afectados por las torrenciales lluvias que han caído sobre El Salvador.

Para muchos, se trata de un caso más de "saludar con sombrero ajeno", hacer "caridades a otros" con el dinero que pagan los contribuyentes en nuestro país y el que se recibe en concepto de "préstamos para el régimen" y que también tendrán que pagar los salvadoreños, una porción de los cuales ha caído en la pobreza a causa de las ocurrencias y saqueos del régimen bukeliano.

El humanitarismo y la solidaridad deben ser auténticos, no golpes de impacto político para exhibir una caridad que no se siente. "Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha", enseña el Evangelio.

La mayoría de nosotros, los salvadoreños, estaríamos más que encantados de correr en auxilio de los damnificados, no solo de Costa Rica, sino también de Valencia, España, pero en un país donde la mitad de la población a duras penas logra sobrevivir, ser "iluminado farol" de la calle y oscurana en la casa es un contrasentido, una sangrienta burla a los pobres en nuestro suelo.

El ofrecimiento es similar al de enviar tropa a Haití, país que recibió con calaveras y balazos a un contingente de soldados de Kenia que están aterrados en sus cuarteles ante el caos imperante.

El primer ofrecimiento a Naciones Unidas de mandar tropas salvadoreñas a "pacificar Haití" –donde las bandas armadas controlan el 80 por ciento del país– recibió un ensordecedor silencio, precisamente porque los especialistas saben que es algo que se no logra con golpes de impacto ni exponiendo soldados a la muerte, como ahora con un segundo ofrecimiento.

La caridad comienza en casa y un primer paso debe ser liberar de los centros de tortura (las cárceles del régimen) a las personas que han sido injustamente apresadas y que no cuentan con el apoyo de jueces imparciales, sino de abogados nombrados a dedo que cumplen lo que se les ordena.

Fue ese el motivo por el cual la Corte Suprema de Costa Rica no quiso recibir a Bukele, por considerar que en El Salvador hay un gran número de "jueces y magistrados" puestos donde están "a dedo", no para impartir justicia sino para cumplir con lo que ordena el "líder supremo", el dueño de la finca.

Magistrados dijeron a medios costarricenses que es incompatible con la tradición democrática de Costa Rica recibir con honores a personajes que le dieron golpe de Estado a la administración de justicia para instalar un régimen de fuerza y usar los tribunales para intentar legitimar atrocidasdes y violaciones a los derechos humanos.

De paso, ha sido motivo de conflicto político interno la llegada de militares salvadoreños sin el permiso correspondiente en un país que se precia de no tener ejército desde hace décadas y procurar más la educación, la cultura, la salud y la convivencia pacífica de la población.

No hay que ser farol en la calle pero gran oscurana en la casa

El avión con la "ayuda" para Costa Rica ya llegó, una ayuda que también necesitan en nuestro país las personas que han sido despedidas sin indemnización alguna como los músicos de la Sinfónica y los policías que recibieron una pequeña limosna después de treinta años de servicio, las familias de encarcelados arbitrariamente que nunca saben si sus familiares reciben lo que les envían y que con frecuencia se denuncia que es robado por los carceleros.

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Costa Rica Nayib Bukele Opinión

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