Pese a estas realidades y al estrepitoso fracaso de similares esquemas como el nazismo, el estalinismo, el maoísmo y el chavismo, que sólo hundieron países enteros en la más abyecta miseria, como Venezuela y Nicaragua, continuamente surgen grupos de jóvenes ilusos que se declaran “comunistas” y creen haber encontrado la fórmula para que la felicidad y el bienestar imperen en nuestro suelo.
Una gran manifestación pacífica salió a las calles en Santiago de Cuba, con la gente portando carteles y gritando que apenas tenían qué comer, que estaban sufriendo hambre...
La manifestación es la segunda que tiene lugar, ya que la quiebra del sistema implantado por el mesiánico asesino serial Fidel Castro ha forzado que el Programa Mundial de Alimentos suministre a Cuba leche para niños, harina y otros insumos básicos, pues el “sistema” literalmente llegó a su término aunque los jerarcas, con Díaz-Canel a la cabeza, no sueltan el poder pues ellos no pasan hambre, tienen de todo, además de un océano de sangre que cubre sus manos y sus cuerpos y que “no limpiará toda la lluvia del Sur”, como decía el chileno Víctor Jara.
Pese a estas realidades y al estrepitoso fracaso de similares esquemas como el nazismo, el estalinismo, el maoísmo y el chavismo, que sólo hundieron países enteros en la más abyecta miseria, como Venezuela y Nicaragua, continuamente surgen grupos de jóvenes ilusos que se declaran “comunistas” y creen haber encontrado la fórmula para que la felicidad y el bienestar imperen en nuestro suelo.
Todo, según ellos, se logrará “despojando a los ricos y distribuyendo sus bienes entre los pobres”, pero una vez que eso se lleve a cabo queda el “pequeño problema” de reemplazar a los productores, a los fabricantes, a los que comercian, importan, exportan, siembran, cosechan... pues por definición los abanderados del “esplendoroso nuevo mundo” han estado en otros menesteres, no saben cómo dar mantenimiento a los “bienes de producción”, cómo introducir nueva tecnología, cómo mantener las relaciones de un país con sus socios tradicionales (que son todo menos comunistas, aun los chinos bajo la dictadura de Xi Jinping, que para producir bienes no son “comunistas” estrictamente).
Hay un hecho que debe aleccionar a los aspirantes a fundar un nuevo orden comunista: no hay ni física ni matemática ni diseño de estructuras ni ciencias “comunistas”, aunque sí hay grandes hambrunas comunistas: Stalin, con las forzadas colectivizaciones agrarias y la guerra contra los campesinos que se negaban a participar en las colectivizaciones, provocó la muerte por hambre de alrededor de cuarenta millones de seres humanos, mientras Mao, fundador del Partido Comunista Chino y emblema de la actual dictadura, asesinó por hambre a otros sesenta millones.
Todo totalitarismo finaliza con hambre, asesinatos... además de que no aprenden
Toda persona que cree haber encontrado la fórmula de la felicidad abrazando el comunismo o, para el caso, cualquier totalitarismo, sea el fascismo, el nazismo o el chavismo, hará bien en revisar sus historiales, entre ellos los siguientes:
—lo primero es abandonar lo racional para reemplazarlo por lo arbitrario, lo que conduce a horrores como la destrucción de nuestros dos hermosos puentes sobre el Lempa, estructuras hermanas del Golden Gate de San Francisco.
A ello hay que agregar secuestros y asesinatos, ametrallamiento de hatos ganaderos, destruir con bombas líneas de transmisión eléctrica y cajas telefónicas, asesinar miembros del propio partido como sucedió a Roque Dalton.... además de robar lo ajeno, como ahora se pretende cayendo encima de las remesas para los pobres...