El nuevo año, 2025 será lo que cada uno de nosotros así como el conjunto de personas, grupos sociales y pueblos se esfuerce por construir, por superar lacras y problemas, zanjar diferencias, esforzarse por potenciar lo que nos une y superar lo que nos separa.
Cada nuevo año personas y familias reflexionan sobre los errores cometidos, sobre los buenos logros alcanzados y una mayoría se decantan por ser mejores personas, dejar vicios, dar más tiempo a sus familias, a sus hijos, a sus amigos y comunidades.
En lo posible, los que han caído en vicios, en fumar, beber con demasía, no ejercitarse ni cuidar su salud deben por su propio bien recapacitar y tomar las medidas que sean necesarias para vivir mejor, estar menos agobiados.
Muchos se esfuerzan por aprender algo cada día, como tener un gesto de afecto o amistad con otros, limar asperezas inútiles.
Nuestros pensamientos están con las personas que perdieron sus empleos por la ola de despidos en oficinas públicas en los últimos meses, iniciadas suprimiendo la Sinfónica y el Coro Nacional, a lo que se suman los despidos de personal hospitalario, médicos y enfermeras que dejan en el limbo a muchísimos de sus pacientes, al igual que personal de la policía al que se le entregó una pequeña suma de dinero por los años de servicio prestados, aunque se dice que a otros no se les dio ni las gracias.
Vaya nuestra simpatía por esas personas que enfrentan el nuevo año sin trabajo, sin saber cómo van a sostener a sus familias, a lo que se agrega que a causa de las imparables ocurrencias del régimen bukelista la mitad de la población ha caído en la pobreza, en un momento cuando esta para iniciarse la construcción de una nueva "Casa Presidencial" anexa a las viviendas del clan gobernante.
Nuestro corazón está con las personas apresadas injustamente, con las familias que no tienen noticias de sus seres queridos a los que envían paquetes que los guardianes revisan, se quedan con lo que les gusta o que pueden vender y pasan el resto a los destinatarios.
En el nuevo año seguimos una mayoría de salvadores sin rumbo seguro, siendo saqueados minuto a minuto y muchos expuestos a ser apresados a causa de una llamada anónima o para llenar siniestras cuotas, a lo que se suman los destrozos para que chinos construyan un elefante blanco (el nuevo estadio que chinos construirán) que no se necesita y que un grupo de turcos manejen nuestros puertos sin haber licitado, beneficiándose de un dedazo maná.
Las prisiones son lugares donde es frecuente la tortura, como lo ha denunciado el exalcalde Ernesto Muyshondt, uno de los presos políticos a quien pese a sus padecimientos de salud y órdenes judiciales para darle libertad condicional, lo mantienen encarcelado. No tarda un juez en decretar que puede procesarse en su domicilio, para que otro que cumple órdenes del régimen de inmediato anule la resolución.
Nos quejamos de una minera guatemalteca, pero aquí pretenden hacer igual
El país ha denunciado la contaminación por una minera guatemalteca de las aguas del Lempa (fuente que nos da de beber a todos menos a quienes recogen las aguas que Dios envía en forma de lluvia) en momentos en que el régimen pretende iniciar una explotación en busca de oro, el oro tras el cual está el régimen en su propio y único provecho.
Nuestra preocupación en función de la salud de las comunidades y sus familias, sus ambientes y su agua, así como de las decenas o cientos de salvadoreños que siguen abandonando el país en busca de un mejor destino.
Este año debe ser un propósito de los salvadoreños mostrar más empatía y solidaridad con los que sufren, crear conciencia crítica y no caer con cantos de sirena para perder sus libertades y sacrificar el futuro de sus hijos y siguientes generaciones.