La madre de un niño en la escuela Tallahasse Classical de Florida pidió que la maestra de arte fuera despedida por haber mostrado a sus alumnos “fotos pornográficas”, nada menos que el David de Miguel Ángel, una de las obras de arte más admiradas y valiosas del Renacimiento. La directora, Hope Carrasquilla, fue despedida.
Todos, hay que anotar, tienen el sagrado derecho de ser idiotas, aunque —a Dios gracias— muchos prefieren ejercer de pensantes, de seres racionales.
Ya se dio el caso, en la puritana Inglaterra del siglo XIX, de que un libro donde se recopilaban pasajes muy eróticos del Antiguo Testamento, entre ellos del “El Cantar de los Cantares” de Salomón, fueran retirados y de seguro quemados.
Ante semejante afrenta a la sensatez, el alcalde de Florencia, Darío Darnella, invitó a la señora Carrasquilla a visitar la ciudad y ver de primera mano no sólo al David en la Galería de la Academia, sino los múltiples tesoros artísticos que son el extraordinario patrimonio de la urbe, donde tanto el David como muchas otras estatuas y pinturas muestran bellos jóvenes desnudos de uno y otro sexos, entre ellos El Nacimiento de Venus, de Sandro Boticelli.
El David fue tallado sobre una pieza excepcional de mármol encontrada en las canteras de Carrara, que sólo Miguel Ángel, cuyo extraordinario genio era reconocido desde que inició como aprendiz del pintor y escultor Luca Signorelli en Orvieto, podía esculpirla.
Después de varias semanas de trabajo (¡quitando del bloque lo que sobraba!) y en medio de un gentío que agolpaba las calles para ver pasar al David, la enorme, radiante escultura fue colocada frente al Palacio Vecchio, donde estuvo por muchísimas décadas hasta que para preservarla mejor fue reemplazada por una copia y llevada a la Academia.
Allí, frente al Palacio Vecchio, está la Galería de las Lanzas, donde se atesora el Rapto de Proserpina, obra de Benvenutto Cellini, reconocido como el más grande orfebre de todos los tiempos, la escultura El Rapto de las Sabinas de Gianbolgna (que también esculpió las figuras, también desnudas, de la fuente a un lado del Miguel Ángel…).
La señora de Florida está en “muy buena compañía” en cuanto a idiotas. Hubo un tatacura en esos años que quiso borrar los frescos de Masaccio que se atesoran en la capilla Brancacci, también de Florencia, porque el extraordinario pintor, quien descubrió por así decirlo la perspectiva como efecto de tonalidades cromáticas y que murió a los veintiocho años, pintó a Adán y Eva siendo expulsados desnudos del paraíso.
En playas y jardines del mundo la gente va desnuda o “casi”…
Cuando Miguel Ángel pintaba los frescos de la Capilla Sixtina en Roma, un cardenal (ejerciendo su sagrado derecho de ser idiota) objetó que Jesucristo estuviera desnudo, por lo que el genial pintor colocó a ese purpurado en el infierno del mural…
El viaje a Florencia va a enriquecer en alto grado a la profesora Carrasquilla, pues una de las galerías de arte más ricas en lienzos y escultura del mundo, la de los Uffizi, está a un costado del Palacio Vecchio, muy cerca de la galería del Bargello, que cuenta con un busto de Brutus asimismo de Miguel Ángel.
En los balnearios de muchas partes del mundo, en los parques de Alemania, en las playas de Florida, niños y jóvenes ven personas casi desnudas, pero ninguna de ellas revestida del esplendor del David…