"Santa María de las Flores", la majestuosa catedral que reina sobre Florencia, es un prodigio de arquitectura innovadora al levantarse sobre un espacio que parecía imposible de cubrirse, pues "no había en toda la región de Toscana suficiente madera para hacer los andamios necesarios.
Durante décadas el espacio donde debía levantarse una cúpula permaneció sin cubrir, pues ninguno de los arquitectos florentinos había encontrado una forma de resolver lo que poco a poco se conservaba irresoluble, hasta que el genial arquitecto Brunelleschi tomó en sus manos el asunto.
Brunelleschi sabía que en su momento arquitectos romanos habían logrado levantar cúpulas sobre espacios muy grandes, uno en la "basílica" de Maxencio que nunca se terminó pero que cubre enormes arcos y otra en el Panteón, edificado durante el reino del emperador Adriano y que al día de hoy puede verse en Roma. En este lugar reposan los restos de los últimos reyes de Italia contemporánea y del genial pintor Rafael Sanzio de Urbino, una de las más fulgurantes estrellas del Renacimiento Italiano, que entre otros tuvo a Bramante, Leonardo y Miguel Angel Buonarroti.
Después de estudiar exhaustivamente las fórmulas romanas Brunelleschi encontró que la solución consistía básicamente en colocar ladrillos que se unían entre si dos posiciones opuestas: filas donde el mismo bloque se unía horizontalmente con otro colocado verticalmente. En tal forma las fuerzas horizontales se equilibraban con las verticales.
A lo anterior Brunelleschi inventó un sistema de poleas con el cual materiales, insumos y trabajadores podía subirse y bajarse sin gran contratiempo.
Al mismo tiempo que los sucesivos anillos se formaban, era necesario colocar especies de mamparas para que los operarios no tuvieran una vista hacia abajo, lo que lógicamente podía aterrorizarlos.
Durante el desarrollo de la obra, que consistió en levantar dos cúpulas, una sobre otra dejando un espacio entre ellas para formar una escalera que llegara desde el inicio del tambor hasta la cúspide, escalera en espiral como la que se encuentra al centro de la Torre Inclinada de Pisa, solamente se dio el caso de un infortunado trabajador que murió al caer desde lo alto.
Un similar problema se dio al construir las catedrales góticas; las primeras "nervaduras", arcos de piedra que se llenaban con materiales más livianos, no tuvieron ninguna función estructural; fue en la catedral de Rouen en Francia que idearon la forma de cubrir esos espacios colocando "arbotantes", que disipaban las fuerzas verticales con una especie de "esqueleto" de piedra, siendo los arbotantes de Nuestra Señora de París de los más visibles y hermosos.
Dentro de pocos días el desastre causado por un fumador no identificado será finalizado, varios meses antes de lo anticipado.
Frank Lloyd Wrigth y Antoni Gaudí, creadores de mágicos espacios
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En Barcelona Antoni Gaudí construyó, con sistemas propios, la Sagrada Familia, que recién fue completada, maravillando al visitante con una atmósfera mágica de color, lo que a su vez logró el arquitecto y escultor Rubén Martínez con la iglesia El Rosario..