En diciembre se celebra el Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Económico y Social, lo que busca enfatizar la importancia que tiene todo el esfuerzo y labor que realizan aquellas personas que de manera desinteresada y algunas con fines filantrópicos, tienden una mano amiga para sumar a las múltiples adversidades que existen en el mundo.
El significado de ser voluntario básicamente deriva de aquella persona que ofrece sus capacidades y acciones para ayudar a quienes se encuentran desfavorecidos o en necesidades, siendo una tarea nada sencilla pero que al final se vuelve gratificante por los resultados y alcance que puede generar, fomentando en la persona humana ocupar el tiempo y sentirse útil.
El voluntariado es más que una ayuda que de manera independiente puede brindar un ser humano a otro. Es un transporte para el desarrollo sostenible, lo que lo vuelve de vital importancia ya que permite a las personas y comunidades participar y fomentar el crecimiento propio, construir de forma propia resiliencia y adquirir de manera consciente responsabilidad con el entorno social. El voluntariado fortalece y consolida la cohesión social y genera confianza para promover y ejecutar acciones individuales y colectivas, conllevando a la búsqueda de efectos sostenibles en el tiempo en la relación de personas con personas.
Los voluntarios ayudan a no dejar a nadie atrás, incluso logrando tener alcance a sectores marginados o de difícil acceso, para que su voz y conocimientos se incluyan en las acciones colectivas. Las organizaciones de voluntarios pueden mediar en la participación, al conectar estrategias e iniciativas gubernamentales con la acción voluntaria de las comunidades, siendo agentes de cambio social en la mejora continua y el desarrollo sostenible. Por ello, es fundamental promover la cultura y las buenas practicas que conllevan el voluntariado a nivel nacional e internacional. Un estudio del Centro de Sociedades Johns Hopkins, los países con mayor voluntariado son Estados Unidos, con 41.9% de la población realizando alguna actividad de manera voluntaria anualmente, seguido por Nueva Zelanda (41.53%) y Noruega (38.93%). Esto demuestra que debe realizarse un cambio ya que muchas personas que requieren de ayuda, también hay muchas personas que la pueden dar.
Existen diversas formas de fomentar y ejercer el voluntariado, por lo que se vuelve inexcusable el no promoverlo y formar parte de ello. Muchos cambios a nivel global apelan a actitudes a largo plazo y cambios de comportamiento, como por ejemplo la forma en que vivimos y consumimos, por ello sectores como los voluntarios facilitan ese cambio de mentalidad para generar conciencia o defender esos cambios, siendo ejemplo para otros. Por ello, algunas acciones que deben pretenderse ejecutar van desde generar espacios propicios para la acción ciudadana, integración del voluntariado en las estrategias globales para una mejora y sostenibilidad en el tiempo y la cuantificación del voluntariado para contribuir a una comprensión holística del compromiso de las personas y su bienestar.
Hagamos esfuerzos para ser parte de voluntariados, ser como bien lo dijo el Papa Francisco: “Artesanos de misericordia que, con vuestras manos, con vuestros ojos, con vuestra escucha y cercanía, manifestáis uno de los deseos más hermosos del corazón del ser humano: hacer que una persona que sufre se sienta amada”.
Abogado
Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas
Director de Internacionalización de la Universidad Nueva San Salvador