Esta sin duda es la pregunta más recurrente en la mente de quien realiza una aplicación para la visa de turista de Estados Unidos. Y es totalmente válida, ya que es una posibilidad existente para cada uno de los escenarios: aplicación de visa por primera vez, re- aplicación, o renovación. Y cabe aclarar, que esta posibilidad se extiende realmente a todos los procesos migratorios, no sólo turista, pero por ser éste el procedimiento más común nos centraremos en él.
Entonces, si usted va a realizar un proceso de visa de turista, debe estar en principio sabedor que la posibilidad de negación existe, y que es a partir de esa realidad, que usted debe volcar todos sus esfuerzos para reducir esta posibilidad al porcentaje mínimo.
¿Y cómo se logra? Bueno pues en principio, trazando un plan para manejar mi proyecto de visa que incluya: tiempos, recursos (económicos, documentales, personales), teniendo una estrategia, objetiva y acorde a mi situación real, siendo consecuentes con la estrategia planteada (apegarnos al plan), controlando los riesgos y los factores externos -en la medida de lo posible-, y por supuesto, implica también resiliencia, ser conscientes de nuestras deficiencias y debilidades, así como de los factores ajenos a nosotros que pueden incidir en el proceso, y por supuesto, no darse por vencido, tener la capacidad de replantearse y resurgir hasta lograr el objetivo.
Pero ¿qué hacer ante una noticia desalentadora y muchas veces frustrante como una negación del visado? Bueno pues en principio tener claro de que una negación de visa de turista no es definitiva, al menos no en la mayoría de los casos, y esto es una gran noticia, porque nos permite, luego de un resultado desfavorable, continuar tras nuestro objetivo: tener la visa aprobada.
El entender que la negación es una posibilidad existente desde el momento que decido hacer el proceso, puede ayudar a no desanimarnos tanto y comprender que ese no es el fin del camino, es sólo llamémosle un “incidente”, que puede ser superado en cualquier momento, media vez se cumplan las condiciones. Tampoco debemos irnos a los extremos y dejar que la “sombra” de una negación permee nuestro proceso, debemos si, considerarlo, pero como una posibilidad lejana, o posibilidad que procuraremos nosotros mismos mantener alejada lo más posible.
Muchas veces sucede que la visa no es aprobada al primer intento, y esto puede suceder por muchas razones: no respetamos los lineamientos de nuestro proyecto de visa y eso debilito nuestra aplicación; la falta de pericia de “la primera vez” y lo que esto significa: nervios, estrés, ansiedad, desconocimiento; el no cumplimiento de los requisitos -pues obviamente es criterio de ley; y pues también en ocasiones, factores externos.
Es por ello que la primera herramienta de la que debemos echar mano a la hora de hacer nuestra aplicación a la visa y debe acompañarnos durante todo el proceso es: actitud positiva y persistente, gran parte de la batalla se gana así.
Y es que si el agente consular, en los pocos minutos que dura la entrevista se convence, o lo convencemos, que no somos un riesgo de quedarnos en los Estados Unidos como inmigrantes y que cumplimos los requisitos de ley, pues la visa será aprobada, incluso, más allá de la documentación que llevemos.
Si bien una negación es un golpe duro, es superable, frustrante sí, pero superable. Reaplicar con una mejor preparación, atendiendo los detalles que pudieron haber fallado, o reestructurando el caso, aumenta las posibilidades de éxito en futuras solicitudes, ya aprendimos cosas de primera vez, ya sabemos cómo es, incluso, podríamos a ese momento tener claras las razones de la denegación. Así que no todo está perdido, mantenga la calma, sea persistente y sigua trabajando para llegar a la meta.
Directora de COIMSAL Asesoría Migratoria