Luego del entierro, sin gloria y sin lágrimas, del experimento con el gobierno paralelo con su "presidente encargado" Juan Guaidó, la oposición venezolana apuesta todos sus esfuerzos en celebrar primarias para nombrar a un candidato presidencial único para enfrentar -y vencer- en 2024 a Nicolás Maduro. Incluso los que durante la duración del "gobierno paralelo" se negaron a hablar de elecciones antes de que Maduro fuera removido, nombraron precandidatos a la presidencia. Se apuntó María Corina Machado, la más radical defensora de esta tesis. Crecientemente trata de convertirse en expresión del cansancio que la ciudadanía, mayoritariamente opuesta al fracasado régimen chavista, siente con la incapacidad de los partidos de la oposición de ponerse de acuerdo. Hay una línea fina entre críticar a los partidos y posiciones de anti política, y Machado trata de caminar sobre esta línea.
Su figura es atractiva para un sector considerable de capas altas y anticomunistas. Como ella se desprendió a tiempo de la farsa del gobierno paralelo de Guaidó, goza de buena aceptación con los sectores frustrados con la ineficiencia de la oposición y sospechosos de las tendencias socialdemócratas. Tiene un porcentaje de unos 17% en las encuestas que al principio de la contienda compararon a los diferentes precandidatos opositores, pero tendrá pocas posibilidades de crecer, porque no sabe conectar con los problemas sociales de las mayorías.
Luego de un período de indecisión, también se apuntó Juan Guaidó, el ex "presidente encargado", que en enero fue suspendido por decisión de la mayoría de partidos opositores. Su aceptación popular, al final del experimento con el "gobierno paralelo", está muy baja. Con un 70% de rechazo está incluso en peores condiciones que Nicolás Maduro. Además es visto como un dirigente sustituto en la sombra del exiliado Leopoldo López. Nadie cree que puede hacerse con la candidatura unitaria. Hace unos días salió del país para participar -sin ser invitado- en la cumbre, que el presidente Gustavo Petro, de Colombia, convocó para discutir cómo superar la crisis en Venezuela. Fue expulsado de Colombia a Estados Unidos. Si se queda exiliado, hasta ahí habrá llegado su candidatura.
El partido Primero Justicia eligió como su precandidato a Henrique Capriles, ex gobernador del estado Miranda, quien en 2013 ganó a Maduro y perdió por fraude. Luego del nombramiento de Capriles, otro líder de Primero Justica, Carlos Ocariz, expresó: “Ahora tenemos un rival distinto. Un rival poderoso, que es la anti política. Tenemos que tener una estrategia para enfrentar a ese rival, y la estrategia es hablar con la verdad”. Capriles aceptó la candidatura y presentó su lema: “Nuestra causa son los pobres de Venezuela.”
Con esta frase marca una distancia clara con María Corina Machado, la candidata de las derechas. Y con la identificación del nuevo enemigo a vencer, que es la anti política, se desmarca también ofensivamente de la candidatura sorpresa, la del popular comediante Benjamín Rausseo, mejor conocido por su personaje “El Conde del Guácharo”. Él trata también de representar la fuerte tendencia a la anti política, que ha surgido en Venezuela luego de una crisis política, económica y social de 20 años – y luego de tantos fracasos de la oposición. Rausseo tiene un discurso anti partido, anti establishment, que por el momento lo catapultó a la cabeza de la carrera por la candidatura de la oposición – junto con María Corinna Machado, que también está adoptando un discurso anti político y se presenta como ‘outsider’, a pesar de que es protagonista política desde hace 20 años. Sumando toda la experiencia en América Latina, un candidato de la anti política sería la peor opción para Venezuela, un país que como ningún otro requiere a gritos la revalidación de la política luego de su destrucción por el populismo.
Hay varias otras candidaturas, entre ellas la de Carlos Prosperi, el dirigente de Acción Democrática, el tradicional partido socialdemócrata de la era antes de Chávez. Confía en el aparato partidario de su partido, pero sería difícil verlo como contendiente serio. Más bien es de los candidatos que se apuntan para luego poder negociar cuotas de influencia con el ganador.
La incógnita, hasta este momento, es si Un Nuevo Tiempo UNT va a postular a su figura principal, Carlos Rosales, veterano socialdemócrata, quien en 2006 se enfrentó a Hugo Chávez, y que tiene una gran base de apoyo en Zulia, donde actualmente es gobernador. Voceros de UNT han expresado que también están evaluando la posibilidad de apoyar a un candidato de otro partido. Si Henrique Capriles lograra una alianza con este partido, que igual que Primero Justicia nació como antítesis el chavismo, pero también al viejo sistema bipartidista, su candidatura ganaría impulso y amplitud.
Para mi criterio, conociendo a Henrique Capriles, él sería la mejor opción para derrotar tanto a Maduro como a la anti política. Capriles se encuentra en una gira por todas las zonas de Venezuela, sobre todo las más pobres, y parece que está logrando despertar de nuevo la esperanza de cambio. El éxito de esta gira lo puede convertir en el candidato inevitable. Es un político apasionado, pero sensato, alguien que cree en la política, la concertación, la negociación y las elecciones para rescatar la democracia, que para él es imposible sin erradicar la pobreza.
Periodista.
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