Desde el jueves pasado, el Parlamento Europeo adoptó una resolución reconociendo Edmundo González Urrutia como "el presidente legítimo de Venezuela". Sin que tuviese prerrogativa cualquiera, este voto quería tener una postura simbólica. Adoptada con 309 votos y 201 en contra, no tiene una dimensión restrictiva. Adoptada por la mayoría relativa del Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, pudo contar con movimientos más conservadores, mientras movimientos socialistas entre otros, votaron en contra. A pesar del todo, la resolución adoptada, sigue siendo fuerte, favoreciendo un llamado para que González pueda asumir sus funciones el 10 de enero próximo.
Desde las elecciones del 28 de julio pasado, Venezuela atraviesa, nuevamente, una crisis electoral, política y de posicionamiento sobre el escenario internacional.
Sin aportar las actas de las votaciones, Nicolás Maduro ha sido proclamado ganador de dichas elecciones por el Consejo Nacional. En este contexto, la oposición denunció el fraude en contra de su candidato, Edmundo González Urrutia, después de que María Corina Machado, ganadora en el principio del año de las primarias de la oposición, haya sido descalificada por el régimen.
Según el CNE, Maduro habría obtenido 51.95% de los sufragios frente a los 43.18% contra su opositor. Anunció 6.408.844 votos para el primero, 5.326.104 para el segundo. Desde entonces, manifestaciones, represión, intimidaciones contra sectores considerados de oposición no han parado. Edmundo González Urrutia salió de Venezuela y obtuvo refugio en España.
El 12 de septiembre pasado, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, recibió en el propio edificio de la presidencia, el Palacio de la Moncloa, a González. Apoyo a favor de Edmundo González sin que Nicolás Maduro cambiara de posición.
A pesar de todo, no podemos olvidar los eventos que habían ocurrido después de las precedentes elecciones, en 2018, cuando varios países de América Latina, de Europa tanto como los Estados Unidos habían reconocido, después de meses de un embrollo político e institucional entre Nicolás Maduro, candidato a su reelección después de haber asumido la presidencia tras la muerte de Hugo Chávez en 2013, el opositor Juan Guaidó.
¿Se repetiría la historia? Lo cierto consiste en el cambio de los desafíos internacionales. Estos últimos anos, las tensiones se reforzaron: guerra en Ucrania desde que Rusia inició la invasión el 24 de febrero de 2022, abriendo crispaciones con bloques de seguridad como la OTAN, el Tratado del Atlántico Norte creado en abril de 1948, conflicto en el Medio Oriente desde los ataques terroristas del Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, extendiéndose desde la franja de Gaza hasta el Líbano e Irán.
Las fricciones entre la República Popular de China y Taiwán, con una Corea del Norte en pantalla de fondo, constituyen tantos frentes de fractura internacional. Asistimos desde unos años, teniendo consecuencias, por ejemplo, en los eventos de Venezuela.
Una nueva guerra ideológica surgió, al desamparo de una denuncia del sistema internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial. Críticas de las instituciones de gobernabilidad y representación, como la Organización de las Naciones Unidas, las instituciones financieras creadas a raíz de los acuerdos de Bretton Woods favoreciendo la emergencia de una nueva lógica de bloques.
Hoy en dia, la denuncia de un sistema de seguridad internacional bajo el pretexto de una parcialidad occidental obligatoriamente opresiva, favorece la emergencia del concepto del "Sur global", uniendo países diversos dentro de unos miembros de los BRICS + (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, a los cuales se añaden Etiopía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Egipto). Parece surgir de nuevo una lógica de bloques, recordando la época bipolar Este-Oeste, Venezuela poniéndose bajo la protección de Rusia, de igual manera que Nicaragua.
El "Sur global", con el cual se identifican ambos países, inscribiéndose en una retórica anti-occidental presentada como fuente de liberación, reforzó nuevas fracturas geopolíticas: las tensiones entre Javier Milei, el presidente argentino, nuevo heraldo de un Occidente asumiéndose, contra Nicolás Maduro tanto como Gustavo Petro, revelan este nuevo brazo de hierro en América Latina.
Las batallas se libran en las fronteras nacionales. Se está también librando sobre terrenos exteriores: las crisis de Ucrania, entre Israel y los movimientos terroristas del Hamás o el Hezbolá, los enlaces con los Estados Unidos o China, principales actores económicos en América Latina, los enlaces con Rusia, tantos temas que contribuyen en una cristalización de las diferencias políticas sin que aparezcan visibilidad pragmática que pueda introducir una solución en Venezuela.
Politólogo francés y especialista en temas internacionales.