Revisando esta semana, El Diario de Hoy de hace 25 años y comparando, con nuestra actualidad, en el cambio climático, la sobrepoblación, los plásticos y el tráfico, a simple vista, vamos a peor.
El 2006, el exvicepresidente de EEUU, Al Gore, nos presentó “Una verdad incómoda” sobre el calentamiento global y el cambio climático, que ya se veía venir. Sin darnos cuenta, nos cayó encima y ahora, diariamente, nos desayunamos con que en algún lugar del mundo sucede algún desastre por el cambio climático.
Segundo, la noticia decía: “La población mundial llegará a 6 mil millones” a mediados de 1999. Y aclaraban que en 1800 había 10,000 millones de habitantes, después de 130 años, 2000 millones. En 1930 ya eran 3000. Y sólo 30 años después, 4000. Pasados 14 años, en 1974, ya éramos 5000, y en 1999, seríamos 6000 millones. Y así, galopantemente, continuamos creciendo y en diciembre del 2022 nació “Damián”, el niño con quien sobrepasamos 8000 millones. Y seguimos creciendo, como si el mundo fuera infinito… Aquí, según las noticias del jueves, ya hay 1.8 millones de pobres.
Tercero, hace 25 años crearon el Instituto del Plástico de El Salvador, entre la ASP, la Universidad Don Bosco y ASI. Pero no incluyeron o no le dieron importancia al reciclaje, pues ahora por cada pieza de plástico que se recicla se producen muchos miles más, por doquier hay basura de plástico y los fabricantes siguen dejando a los consumidores qué hacer con los envases. ¡Nada que ver con Suecia!
Cuarto, me llamo atención el “Decálogo del conductor trabado”, escrito desde su computadora en una “Trabazón”, por don Lito Montalvo, que textualmente dice:
1º. No salga a babosear en su carro por la ciudad, pues -además de regresar sudado, bravo, con el tanque vacío, posiblemente golpeado por otro vehículo y a lo mejor una multa- entorpecerá el tráfico de otros que verdaderamente andan trabajando.
2º. Si va a comprar leche, azúcar cigarros o pan, mejor compre en la tienda de la niña “Chila”. Los diez centavos o el peso más caro los ahorrará en gasolina y no estorbará el tráfico.
3º. Si va a hacer una visita, procure hacerla de noche, o llame por teléfono.
4º. Esté seguro de que su carro tiene gasolina, pues una trabazón puede tomarle tres horas. Para aquellas esposas que tienen maridos celosos y viceversa, deben tener cuidado, pues las trabazones se pueden malinterpretar, sobre todo si conducen carros con vidrios polarizados.
5º. Si su carro ya es “garnachita” y no tiene bueno el radiador, la batería y las llantas, mejor dele descanso indefinido, pues puede que no sobreviva a una trabazón.
6º. No sea mal pensado, pero si puede darle jalón a la gente hágalo. Por lo menos, pónganse de acuerdo los vecinos, para turnarse con los carros.
7º. Ya dentro de la trabazón no queda más que sosegarse, apague el aire acondicionado. No apague el motor, si no está seguro de la batería.
8º. No culpe al VMT. La culpa la tenemos todos por el desorden.
9º. Salga a pata un día a la semana, pero antes quítese cualquier cosa del cuello o los dedos. Verá que le caerá bien el paseo.
10º. No se enoje, si no le gustan las trabazones, váyase a vivir a San Juan Tepezontes, que ahí no hay.
Pues sí, amigos, en las cuatro cosas que hace 25 años veníamos mal no maduramos, y a simple vista, vamos a peor. Y el decálogo para el “conductor trabado” hoy tiene mayor vigencia.
A ver si en los meses electorales surgen proyectos impactantes para aliviar en estos y otros problemas, como los de la educación, la salud y las pensiones.
Ingeniero / pedroroque.net
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común.