Narcisa no dormía. No podía. Eran las dos de la mañana, esperando la llegada de Roberto. No era la primera vez, desde hacía seis años, que su esposo, frecuentemente, salía con sus amigos, durante los fines de semana. Se iba a “fregar”, como él decía, en especial, después de haber recibido el pago de su quincena. El dinero no alcanzaba al matrimonio. Narcisa estaba convencida que esta escasez tenía su origen en las parrandas de Roberto. Se lo había insinuado algunas veces, pero él reventaba en ira, con gritos y otros alardes de violencia, que la habían desanimado a seguir reclamando. Ni siquiera se atrevía a exigir respuestas por sus camisas manchadas con lápiz labial y olor a perfume barato de mujer.
Pero dentro de su cabeza, las ideaciones giraban sin cesar, a ritmo acelerado, generando insomnio y tristeza. Esa noche, había cambiado de posición múltiples veces sobre el lecho conyugal, sin lograr conciliar el sueño, por lo que decidió meterse en el internet, para distraerse, a la espera de que Morfeo atrapara su mente.
Una noticia atrapó su vista. ¡Acababan de descubrir una hormona que logra la fidelidad de los maridos! ¡Una investigación científica en hombres con pareja estable, al aplicárseles oxitocina por medio de aerosol nasal, mostraba que los hombres se sentían menos cautivados por otras mujeres atractivas!
“¡Gracias Dios mío, por darme la solución a mi problema! ¡Esto es lo que necesito para que Roberto deje de andar con otras mujeres!”, pensó Narcisa, llena de alegría y esperanza.
La esposa leía con emoción cómo el articulista explicaba que, en el 2012, en un estudio científico (Zak, P. [2012] La Molécula Moral. Londres: Penguin Publishing Group), la oxitocina facilitaba la unión emocional y el vínculo afectivo, que incluso se había administrado a padres de bebés de cinco meses de edad, observando que aquéllos jugaban más tiempo con sus hijos, en comparación a los papás que no habían recibido la hormona.
La oxitocina es una neurohormona que produce el hipotálamo y es secretada por la glándula pituitaria (hipófisis) de los cerebros humanos, llamada también la “hormona de la felicidad” o la “hormona del amor”, ya que da paso para dar una serie de efectos físicos y psicológicos relacionados con sentimientos de cariño, confianza, fidelidad, bienestar, e inclusive, de calma.
Suele liberarse en los momentos que hacemos deporte, bailamos, jugamos, cantamos, besamos o damos un abrazo a otro.
Zak y sus colaboradores también demostraron que la oxitocina promueve tendencias altruistas y, por lo tanto, puede incrementar la probabilidad de las conductas que requieren algún grado de reciprocidad y de sacrificio [Zak, P. J., Stanton, A. A., & Ahmadi, S. (2007) Oxitocina incrementa generosidad entre humanos, PLOS ONE, 2(11), e1128].
Pero, volviendo a los pesares de Narcisa, las investigaciones observaron que en los hombres solteros no había un resultado significativo con la aplicación de la hormona, lo que sugiere que la oxitocina puede funcionar como un refuerzo de la fidelidad.
En otro estudio, en que se administró el neurotransmisor a los participantes una dosis de la hormona, se les pidió que escribieran acerca de sus madres. Los que tenían una relación segura describieron que tenían una relación muy positiva con sus madres, más que antes de tomar la dosis hormonal. Narcisa no se fijó en el detalle registrado de que los que tenían relaciones problemáticas describieron su relación con sus madres de manera más negativa que al principio.
De esta manera, vemos que la hormona puede contribuir a la formación de la memoria social, de acuerdo con los investigadores del estudio, pues parece que la oxitocina, fortalece o intensifica las asociaciones ya existentes, sean buenas o malas.
De acuerdo con los investigadores, lo que está haciendo la oxitocina en el cerebro es que la información social se muestre como más relevante. Conecta áreas del cerebro implicadas en el procesamiento de la información social, ya sean lugares, caras, sonidos u olores, lo cual ayuda a vincular esas zonas para el sistema de recompensa del cerebro, por lo que la señora Narcisa pide ayuda para que le avisen dónde se vende esta hormona en spray nasal, pues le urge aplicársela a Roberto. Si usted cuenta con esta valiosa información, no dude en escribirnos al correo suprascrito. ¡Hasta la próxima!
Médica, Nutrióloga y Abogada