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El último de los mohicanos

En memoria del Dr. José Humberto Reyes Trujillo…

Por Edward Wollants
Médico y abogado

Con profunda nostalgia y admiración quiero recordar al Dr. José Humberto Reyes Trujillo, quien en vida no solo fue mi padrino, sino también un auténtico representante de la "vieja guardia". En estos tiempos en que los valores parecen desvanecerse, su figura se erige como un faro de rectitud y principios firmes.

El Dr. Reyes Trujillo encarnaba las antiguas costumbres de lealtad, patriotismo y fervor cívico. Creía fervientemente en el valor de la familia y la amistad, convencido de que una persona se mide por sus actos y no por sus posesiones ni los cargos que ostenta. Su vida fue un testimonio constante de que el servicio a la patria debe realizarse con honestidad y que solo los más capaces deben ser llamados a la toma de decisiones.

Al igual que el personaje de Natty Bumppo, conocido como "Ojo de Halcón" en la novela El Último Mohicano de James Fenimore Cooper, el Dr. Reyes Trujillo se destacaba por su honestidad, integridad y su compromiso con un código de honor casi olvidado en el mundo moderno. Ojo de Halcón, un hombre atrapado entre dos mundos, luchaba por preservar los valores y tradiciones que consideraba sagrados, enfrentándose a un entorno en rápida transformación. De manera similar, el Dr. Reyes Trujillo defendía con firmeza sus principios en una sociedad que cada vez más parece ceder al pragmatismo y al interés personal.

Más allá de su integridad y compromiso, el Dr. Reyes Trujillo era un hombre de familia, un amigo a través de las décadas y un profesional entregado. Pero quizá lo que más admiré siempre en él fue el profundo amor a su esposa, con quien formaron un admirable hogar. 

Era serio en sus convicciones, pero alegre de espíritu. Estar con él y no disfrutar de su excelente humor era prácticamente imposible. Se sentía la sinceridad en sus palabras, la calidez de sus sentimientos y el afecto de su abrazo. Su carácter afable y genuino dejaba una huella imborrable en todos aquellos que tuvimos la fortuna de conocerlo.

En un mundo que cada día parece más dominado por los consumistas, los mediocres y los desorientados, el Dr. Reyes Trujillo brillaba como un verdadero mohicano de su generación. Su convicción de que no debería haber lugar para los corruptos ni para los desleales es un recordatorio urgente de los valores que estamos perdiendo. Como Ojo de Halcón, su presencia nos recordaba que la verdadera nobleza no reside en la posición social o en la riqueza material, sino en la fortaleza del carácter y en la rectitud de las acciones.

En tiempos donde la superficialidad y el pragmatismo parecen dominar, el pensamiento de "Ojo de Halcón" cobra una relevancia crucial. Natty Bumppo, con su visión clara y su inquebrantable sentido del honor, nos recuerda que la verdadera nobleza se encuentra en la honestidad, el valor y la integridad personal. Así como Ojo de Halcón defendía los valores y tradiciones en un mundo en constante cambio, todos deberíamos también abogar por un retorno a los principios fundamentales que guían una vida recta y justa. No se mal interpreten mis palabras, pues no cabe referencia alguna al anacronismo, porque la vida recta y justa es atemporal, entonces, los principios fundamentales en los que se sustenta, también lo son.

El compromiso con la verdad y la justicia, de “el último mohicano”, resalta la importancia de mantener un código ético firme, incluso cuando las corrientes sociales intenten desviarlo.

El pensamiento de "Ojo de Halcón" también nos invita a reflexionar sobre la necesidad de líderes auténticos y capaces, aquellos que no solo posean habilidades técnicas, sino también una fuerte brújula ética. En un mundo donde la corrupción y la deslealtad parecen estar al acecho, es vital recordar y emular figuras como el Dr. Reyes Trujillo, quien, al igual que el legendario personaje, creía en el poder transformador de la integridad y la justicia. Solo a través de líderes con estos valores podemos aspirar a construir una sociedad más equitativa y honesta, donde el bien común prevalezca sobre los intereses personales.

Este artículo no solo pretende honrar la memoria de un gran hombre, sino también hacer un llamado a la reflexión sobre la dirección en la que nuestra sociedad está avanzando. Es una invitación a retomar el camino de la integridad y el compromiso con los principios que alguna vez fueron el pilar de nuestra comunidad. Como el último de los mohicanos, su vida y su ejemplo perdurarán en la memoria de aquellos que todavía valoramos el honor y la honestidad. Estoy claro que existen (y así quiero creerlo) otros mohicanos, pero con el paso del tiempo lo vi cada vez más parecido al personaje de Cooper.

Con seguridad que no siempre coincidimos en las posturas, pero siempre lo hicimos en la visión.  Hasta siempre mohicano.

Médico y Abogado.

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Medicina Opinión Valores

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