Tomado de “Filosofía Moderna, Ley 35): Cuando hagas algo, luego de haber reconocido que es tu deber, no evites ser visto haciéndolo, por malo que sea el juicio que la gente pueda de ello hacer.
Si la acción es mala, evítala; y si no, ¿por qué temerreproches injustos?
El mensaje principal es simple pero profundo: Si estas actuando desde el deber y la rectitud, no temas ser observado o juzgado. Haz lo correcto sin miedo al juicio externo.
Si una acción es moralmente correcta, basada en principios y convicciones, su valor no depende de la opinión de los demás. Temer los reproches de otros, solo tiene sentido si tus actos no están alineados con tu ética.
Reconoce y enfrenta los juicios injustos.
El mundo está lleno de opiniones, muchas de ellas basadas en percepciones limitadas o prejuicios. Si permites que esas opiniones dirijan tu conducta, te conviertes en esclavo del juicio ajeno. En cambio, si tu conciencia está limpia, su juicio no tiene poder sobre ti.
Evita lo que es incorrecto, independientemente de quien esté mirando. Por otro lado, si la acción es verdaderamente incorrecta, no deberías evitarla solo por temor a ser descubierto, sino porque no es digna de ti.
El criterio moral siempre debe partir de uno mismo y no de la supervisión externa. Esta ley nos recuerda la importancia de vivir con integridad, guiados por nuestros principios, en lugar de preocuparnos excesivamente por la percepción ajena.
Esto es un llamado a actuar con valentía y honestidad, confiando en nuestra brújula interna.
Un ejemplo de esta filosofía lo dio Sócrates, condenado a muerte en el 399 a.C. acusado de corromper a la juventud de impiedad hacia los dioses de Atenas. Cuando fue llevado a juicio, defendió su vida y sus enseñanzas sin recurrir a tácticas de persuasión emocional ni apelaciones al favor del jurado. En cambio, afirmó su deber como filósofo: cuestionar, buscar la verdad y guiar a los ciudadanos hacia una vida ética:
"Atenienses, no temo a la muerte; temo a la injusticia. Mi deber es obedecer a la voz de mi conciencia y continuar buscando la virtud, aunque eso me cueste la vida."
A pesar de que le ofrecieron la oportunidad de huir de Atenas tras ser condenado, Sócrates rechazó esa opción. Argumentó que sería inmoral desobedecer las leyes de la ciudad, incluso si esas leyes eran injustas en su aplicación hacia él.
Para Sócrates, respetar sus principios era más importante que el juicio de la multitud o incluso su propia vida: (1) Actuar desde el deber hacia la sociedad, aunque le ganaran críticas o represalias. (2) Enfrentar juicios injustos con dignidad y sin doblegarse. (3) Evitar lo incorrecto, por lo que no huyó para salvarse pues esto habría contradicho sus principios de justicia y obediencia a las leyes.
¡Hasta la próxima!
Nutrióloga, Abogada y diplomada en Neurociencias