¿Qué es la realidad? Con mi forma básica y sencilla de ver las cosas, la realidad es la secuencia de procesos que suceden en la naturaleza: un río fluye y lo percibimos por su caudal, por las olas vemos que el mar se mueve, y el viento lo sentimos, cuando el aire roza nuestra cara y las ramas de los árboles se mueven.
Pero también tenemos la realidad derivada de los sucesos y las acciones, planteamientos y conductas nuestras y de otras personas.
Este artículo lo estoy convirtiendo en una realidad, gracias a un teclado y la tecnología que transforma los golpecitos en cada letra, en símbolos que se puede imprimir y ver en su pantalla.
El Dr. Oscar Picardo escribe al final de sus artículos: Soy responsable de lo que escribo, no de lo que el lector interprete, y su compromiso es ser objetivo en sus planteamientos académicos y científicos.
En mi caso, después de mi nombre escribo: “Todo es más fácil y más sencillo con sentido común”, pues es la aplicación del sentido común lo que trato de exponer, hoy también, sobre la realidad y el realismo.
Según la RAE, realidad es la existencia real y efectiva de algo, la verdad de lo que ocurre, lo que es efectivo y tiene valor práctico. Y realismo es la forma de ver las cosas y las situaciones sin idealizarlas.
Pero sucede, que la misma realidad se puede percibir e interpretar, según el estado de ánimo, las emociones, las relaciones interpersonales, la forma de pensar y los paradigmas de cada uno. Así es que de cada historia existen, al menos cuatro realidades: La que explican de un lado, la del otro lado, la verdad y lo que realmente sucedió. Y estas cuatro versiones son la consecuencia, buenas o menos buenas de lo que hicieron o dejaron de hacer, las personas involucradas. De aquí también deriva, lo que en un determinado momento en “la realidad de cada uno”, se tiene y se dispone, o se ha tenido a lo largo del tiempo, en los asuntos familiares, sociales, profesionales, económicos y espirituales, que se aplican para intentar definir la calidad de vida y el acercamiento a la felicidad.
La idea de este artículo nace de una conversación interesante sobre vivir proyectando con realismo los acontecimientos del pasado, los actuales y los futuros, que por momentos se imagina feliz y en otros diferente.
Yo creo que nuestra realidad viene de lo que hicimos y la futura será, de las decisiones que tomemos hoy y las que vayamos tomando en el tiempo. Las tres realidades, la pasada, la presente y la futura, siempre dependieron de nuestras decisiones en relación con otras personas y las propias circunstancias.
Somos como pensamos y pensamos como somos y el gran descubrimiento de la sicología y la neurociencia, es que voluntariamente podemos reorientar nuestra forma de pensar, ser y comportarnos, según los hábitos y disciplinas que interese reorientar.
Por ejemplo, la “realidad de la salud mental” depende de cómo utilizamos la mente y la realidad de la “salud física” de cómo nos alimentamos y ejercitamos el cuerpo.
Y en los tres tiempos, pasado, presente y futuro, sucedió y sucederá, según como ordenemos los cinco aspectos que determinan la calidad de vida y la aproximación a la felicidad.
Ser demasiado realista nos puede traicionar e incitar a no soñar y adaptarse a lo que venga. Idealizar, soñar la realidad futura, nos ilusiona a ser mejores personas, mejores profesionales y esforzarnos y prepararnos para disfrutarla.
Lo mejor a lo largo de nuestra vida, disfrutar lo bueno de cada realidad.
¿Es bueno ser realista? Si aplica el sentido común, pienso que sí.
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común. Ingeniero/pedroroque.net