Desde chiquita fui extrovertida. Nunca se me olvida cómo casi causé una crisis familiar cuando a los cuatro años, en la boda de mi prima, le informé a mi tío Neto lo que mis papás pensaban de él. Eso me ganó un viaje ida sin vuelta de regreso a mi casa. Desde ese día en adelante mi mamá usaba conmigo una frase heredada de mi otro tío, mi tío Enrique, “Tino Castro” (Tino es la habilidad de saber cuándo hablar y cuándo callar). En El Salvador, Tino Castro está ausente de la mayoría de las redes sociales (sólo en Pinterest creo que existe). En “X” nunca fue bienvenido. La toxicidad de las mismas se ha desbordado a la sociedad. Para aquellos que quieran ser educados (online y offline) hay momentos enque podemos invocar a nuestro amigo Tino.
1. EVITE HABLAR DE SU TRABAJO/JEFE/SUBALTERNO/COMPAÑERO: una captura de pantalla y miles de salvadoreños van a saber lo que piensa. No hablar de todo esto no es en lo mínimo coartar su libertad de expresión, es sentido común. Por si no lo sabía, muchas compañías monitorean las redes de sus empleados. Así que si quiere escalar la escalera corporativa, le recomiendo mantener esas conversaciones a nivel de su mejor amigo/a, casi hermano/a.
2. NO SE PELEE POR PERSONAJES PUBLICOS: una cosa es dar una opinión educada acerca de un tema de interés nacional, cultural, etc.y otra es ser ya malcriado y prepotente. He visto pleitos de quince comentarios en los cuales salen a relucir la madre, la perra, un número agrandado y demás. Al final, el personaje en cuestión ni los lee, y usted queda de vulgar al sacar su caja de lustre con un desconocido. Y, de nuevo, no sabe si su jefe o futuro empleador vio sus comentarios...
3. SEPA ADMITIR QUE ESTA EQUIVOCADO. Nadie es perfecto y nadie lo conoce todo. Si alguien le dice (con conocimiento de caso) que lo que usted ha dicho no es correcto, compruebe, pida disculpas y borre el post y corrija. Pero seguir alegando cual Don Quijote de la Mancha con los Molinos de Viento porque quiere tener razón lo hace ver bueno...pues...peleonero, por decir lo menos.
4. RESPETE EL DOLOR AJENO: cuando una persona muere, hay muchas personas que de verdad lo conocen y lo sienten. No empiece a comentar, más si ni sabe quién es. No presente teorías de cómo murio. Si no es su muerto, deje que otros vayan a su funeral, porque le aseguro que a usted le molestaría que tocaran al suyo.
5. NO CRITIQUE A LOS HIJOS DE PERSONAJES PÚBLICOS POR LAS ACCIONES DE SUS PADRES. Me parece fatal que se opine acerca de los hijos de los “famosos”...de cualquier edad. Si son pequeños, no entienden lo que está pasando, pero créanme que eventualmente van a ver esos comentarios. Y si son adultos, hay muchos hijos que ni siquiera están de acuerdo con sus padres. Al fin de cuentas, si la influencer “x” tuvo una niña, ¿está usted seguro de que no va a ser científica?
6. NO INSULTE RELIGIONES. Usted tiene derecho a ser ateo, budista, o de la Iglesia del Gran Monstruo del Espaghetti (existe, aunque no lo crea). Usted tiene derecho a que le caigan mal los líderes. Pero para miles de personas la religión es una parte muy importante de sus vidas y lo que NO es su derecho es ofenderlos.
Existe una palabra bien bonita: “coexistir”. Si se practicara, se hubieran evitado las guerras religiosas, las Inquisiciones (porque hubo Católica y Protestante) y miles de vidas perdidas hasta hoy. Tino Castro es bien amigo de esa palabrita, y hace que la vida sea más placentera, más tranquila, y nos ayuda a pensar antes de hablar. Creo que es hora que lo conozcamos, porque si algo hace grande a un país, es la cultura de los ciudadanos. Y la cultura se demuestra dando opiniones, no escribiendo sandeces.
Educadora