Hábitos, hay buenos y malos y dependiendo de cuáles práctica, así le va y, además sin darse cuenta, los enseña a la gente de su entorno familiar y profesional, pues la mayoría, nos comportamos en casa, semejante a como lo hacemos en nuestro trabajo.
Sin duda, uno de los buenos hábitos que debiéramos aprender, practicar y enseñar, es a profundizar y ampliar nuestros conocimientos sobre los asuntos que creemos que ya sabemos.
Este miércoles, participé en Guatemala en un congreso sobre “coaching” en sus diferentes formas y me parecieron interesantes los siguientes aspectos: Primero, que todos los conferencistas son profesionales jóvenes, de menos de 45 años. Hay una nueva generación de expositores que explican siempre viendo al público y con claridad sus temas, enfatizando más de su propia experiencia diaria que siguiendo un guion predeterminado.
Expusieron sus temas específicos, en conferencias de unos treinta minutos, explicando lo necesario y dejando espacio, para que los participantes continúen estudiando cada uno de los temas. De los nueve ponentes cuatro fueron femeninas, especialistas en sicología o bien dedicadas a temas relacionados con la buena gestión de recursos humanos y otras, responsables de equipos de ventas, en el sector financiero y de servicios.
Los ponentes masculinos trataron temas concretos dirigidos al líder del futuro, como coaching para la vida, coaching para las ventas y coaching para las finanzas, explicando las habilidades que deben aprender y desarrollar los nuevos líderes, pues las nuevas generaciones, aceptan y admiran más el liderazgo humanizado, aplicando la inteligencia emocional y la participación, que al jefe que supervisa a su equipo mediante un control estricto de hacer lo que está previsto.
Especialmente dirigido a los jóvenes participantes, se les explicó el proceso de generación de acciones y experiencia, empezando por el pensamiento y las emociones, hasta la acción.
Mi planteamiento de aprendizaje y práctica del liderazgo transformador, está en consonancia con las nuevas habilidades de los líderes actuales y del futuro, pues el proceso de coaching o enseñanza práctica en busca de resultados inmediatos, se realiza a través del buen ejemplo, porque el líder que aplica los buenos hábitos, enseña e induce a su personal a que también los apliquen. Por ejemplo, el hábito del orden, el manejo del tiempo, pensar antes de actuar y principalmente, el de la comunicación y la prevención.
Naturalmente, que para ser un buen ejemplo o un buen coach es necesario conocer los procesos, por ejemplo, si se trata de ventas, saber y conocer las fases del proceso y las razones y emociones que impulsan a la compra de un producto o un servicio. O si es coaching de financias, saber cuál es el proceso y haber experimentado, las fases de la creación de riqueza y los frenos mentales y malos hábitos de compra, que se deben eliminar y cambiarlos por los de austeridad para conformar poco a poco riqueza.
El congreso estaba enfocado a jóvenes y personas que quieren iniciar un negocio o superarse en el cargo que desempeñan, continuando los temas de las conferencias en programas de formación, pues se pretendía abrir caminos para aprender y evitar los fracasos, y si se tienen, asumirlos como lecciones aprendidas para seguir adelante.
¿Se puede reorientar la mente hacia el positivismo y el éxito? Un ponente explicó su proceso de crecimiento, desde la autocompasión por sentirse pobre, al de experto y coachs en ventas, a lo que de se dedica, siguiendo los consejos de un coach y amigo que le enseñó como progresar y crecer en las ventas.
No importa cuánto sabe, siempre hay alguien que sabe más de quien se puede aprender, pero se requiere fuerza de voluntad, tiempo, disponibilidad y entusiasmo.
Ingeniero/Todo en más fácil y más sencillo con sentido común.