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Dos personajes ejemplares

En este nuestro mundo, donde frecuentemente se habla de “falta de liderazgo”, William Kikanea nos demuestra que es más cosa de trabajo, perseverancia y amor por su pueblo. Excelente ejemplo para muchos alcaldes elegidos, con la expectativa de que saquen a flote sus ciudades. ¿Lo están haciendo?

Por Pedro Roque
Ingeniero

Esta semana conocí a través de sus entrevistas en el programa “Aprendamos juntos”, a dos personas de diferentes razas, diferentes lugares del mundo, diferente aspecto, diferentes planteamientos, diferentes idiomas, diferentes acentos al hablar español, diferentes vestiduras, pero con un factor humano común, su visión de que nuestro mundo puede ser mejor y que es cosa nuestra hacerlo. 

El primero se llama William Kikanea, un líder de la comunidad africana Masai, que desde niño y su condición humilde y pobre, atravesó muchas veces a pie la sabana para ir a la escuela. Relata que en sus travesías, se escuchan en el silencio de la sabana, tres ruidos: cuando los animales están jugando, cuando están peleando y cuando van huyendo, y los tres ruidos, deben aprender y distinguir desde niños. 

Creó en su comunidad la primera escuela debajo de un árbol y después, corría hasta Nairobi para conseguir apoyos para construir una escuela.

Y persistió, hasta que consiguió apoyo de organizaciones dedicadas al comercio justo.

Actualmente lidera en su comunidad estos proyectos: Educación, construyendo una escuela infantil y primaria, que ofrece escolarización de calidad a más de 250 alumnos. Mujer, creando una cooperativa de mujeres artesanas masai, que da trabajo a más de 1000 mujeres. Salud, realizando acciones de prevención con la comunidad y en la escuela, para contrarrestar la malaria, problemas respiratorios y parasitismo. Sostenibilidad, realizando acciones para la mejora medioambiental, reforestación de árboles, construcción de un pozo y la autosostenibilidad del proyecto, a través de la creación de un campamento turístico integrado, que permite la generación de ingresos, para la comunidad. 

En este nuestro mundo, donde frecuentemente se habla de “falta de liderazgo”, William Kikanea nos demuestra que es más cosa de trabajo, perseverancia y amor por su pueblo. Excelente ejemplo para muchos alcaldes elegidos, con la expectativa de que saquen a flote sus ciudades. ¿Lo están haciendo?

La otra persona ejemplar que conocí esta semana, es el monje budista Thubten Wangchen, que según relató, cuando tenía 4 años el ejército de China invadió su país, los expulsaron y se refugiaron con su familia en un campo de concentración de la India. Vivió de la mendicidad hasta que una organización lo recogió y educó en su cultura y religión. Después ingresó al monasterio del Dalai Lama y cuando visitaron España, el Dalai Lama, le encargó trasladarse a España y crear la casa de la cultura tibetana. Lo que después de muchos años con trabajo y persistencia consiguió. A las preguntas de los asistentes, explicó los cinco principios del budismo: Compasión, sabiduría, pureza, paz y éxito.

Viendo las estadísticas de accidentes viales, heridos y fallecidos en nuestro país, esos cinco principios son los que debiéramos aprender y poner en nuestra práctica diaria. En realidad, todas las religiones tienen principios básicos, con diferentes nombres, que tendríamos que aprender y practicar, en la enseñanza y ser buenos ejemplos, en el desempeño responsable de cargos en el sector privado y gubernamental.

Pero de sus reflexiones, la más interesante, es que según su apreciación, está desapareciendo el concepto y la actitud de agradecimiento. Desde el niño al que su madre le prepara el desayuno y la mochila para la escuela, cuando se va, la toma sin decir gracias. Y todos los que reciben algo de alguien, sobreentienden que darles lo que reciben, es una obligación permanente.

¿Usted qué piensa sobre el agradecimiento en nuestra sociedad? ¿Aquí también estamos dejando de ser agradecidos?

Pues sí, tanto el Sr. Kikea, como el monje Wangchen, son dos buenos ejemplos con un factor común, su humanidad y cada uno por su vía, ayudar a que otros se superen. 

Ingeniero / pedroroque.net
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