Debo a este maravilloso periódico la oportunidad de escribir en su sección de Editoriales/Opinión. Para cualquier escritor en todo el mundo es un lujo de distinción ser escogido para compartir en un diario, especialmente cuando este rotativo ha sido uno de los más leídos en El Salvador. Cualquier intelectual o estudiado que escribe en la prensa periódicamente es honrado con un galardón extraordinario. Especialmente si una es independiente ideológicamente de todas las corrientes y tendencias políticas de pensamiento, o de corrientes de diferentes doctrinas.
Una opinión independiente que es compartida en un medio de comunicación social prestigioso equivale al honor de ser considerada como una persona letrada de alto nivel. Más que una científica en temas de educación, economía y negocios, me considero una investigadora que está en un proceso constante de reinvención. Como estudiosa de mi especialidad que es la estrategia corporativa, soy parte de un grupo de docentes y filósofos de los negocios, que está muy preocupado por observar las consecuencias de los excesos de nuestras premisas y marcos de desarrollo estratégico. El desbalance o la falta de equilibrio en las sociedades, debido a la implementación extrema de nuestras teorías del pasado, está generando una crisis, no solo en la filosofía de este siglo, sino también en las venideras.
Como pensadora independiente, dedicarse a leer es lo más básico que hago. La constitución de mis actividades descansa en la lectura y en las observaciones de la realidad que efectúo día con día. Reflexionar estratégicamente no tiene una bandera política, no es tampoco un estandarte de activismo político, ni tampoco representa ningún tipo de liderazgo en el manejo o dirección de las políticas públicas de ningún gobierno. Ni en nuestro país, ni en otras naciones.
Hacer reflexiones del conocimiento, en el área de estrategia corporativa, es el eje esencial de mis estudios. Escribir mis opiniones sobre las causas y consecuencias de los problemas económicos y gerenciales actuales también es parte de mi trabajo. Tratar de buscar la objetividad con una propiedad escolástica, sin caer en la retórica complicada de las publicaciones académicas es parte de mis retos cotidianos. Continuar actualizándome como ilustrada en la rama de gerencia estratégica, es otro de mis desafíos. Sin embargo, también con humildad y mucho respeto, me toca ser crítica de aquello que no está bien concebido, o no tiene sentido o está mal implementado.
Criticar estratégicamente no significa ser parte de un bando opuesto inventado por el que se siente reprobado con mis escritos. No estoy censurando, ni desaprobando para destruir. No es mi trabajo ser oposición, ni liderar a los que afrontan aquello que no parece lo correcto. El pensamiento crítico sirve para hacer pensar a los demás. Se genera para renovar y hacer mejor las cosas, para amonestar lo que no conviene. Sin embargo, los cambios para perfeccionar o corregir rumbos inadecuados solo pueden hacerse desde la convicción personal de quien está obligado o contratado a realizarlos. Por lo tanto, cualquier reflexión crítica que comparto, es para sacudir un poco el corazón de los involucrados, y que desde su propia mente surja el acto de decidir para afinar, o retocar, o hasta transformar lo que está mal.
El progreso de una nación depende de sus intelectuales, de aquellos que siempre están estudiando, leyendo, escribiendo. Prosperar implica educarse constantemente a una misma y instruir a los demás.
Es un proceso de muchos años, y no termina nunca. Solo así podremos expandir el deseo a otros de prosperar mentalmente y de seguir estudiando. No se es oposición contra nadie, si simplemente se está buscando y compartiendo en esta columna, un desarrollo intelectual integral para todos.
CEO-Founder
Eleonora Escalante Strategy Studio
Corporate Strategy Reflections, Arts & Publishing