Cada año la historia se repite. Todos deseamos o aspiramos desde cosas sencillas como perder peso, viajar y todo lo que esté relacionado con el bienestar personal, pero pocos vemos el bienestar común, el que de verdad debe interesar.
El mundo ha entrado en una vorágine donde el ídolo es el yo, no el nosotros; quizá nunca lo ha sido pero ahora el culto al narcisismo patológico es algo que ha dividido a la humanidad. A continuación detallaré las aspiraciones o propósitos que anhelo se cumplan para cada habitante de este planeta cada día más atomizado.
Aspiración 1. Que la paz reine en el mundo y principalmente en El Salvador y que ese tejido social que se ha destruido vuelva a hilvanarse, que entendamos que el bien común es una de las aspiraciones más grandes de la humanidad.
Aspiración 2. Que el país tome un rumbo donde dejemos tanto odio y dolor, que podamos entender que solo caminando juntos como nación, no hay otro camino. Que todos luchemos por respetarnos, por cuidar a nuestros mayores y menores para así, retribuir lo que han hecho por nosotros y nunca olvidar que los niños es lo mejor que tiene una sociedad.
Aspiración 3. Que la salud sea un bien al que todos tengamos acceso, que se cierre esa brecha que divide al paciente pobre del que dispone de alguna solvencia económica para que todos, sin excepción, tengamos acceso a una salud que entiendo que no es la mejor del mundo; sin embargo, debe ser imperativo que el salvadoreño sin recursos no muera por ser pobre, que reciba lo que merece.
Aspiración 4. Anhelo que el sistema educativo llegue a cada rincón del país y que cada niño sea el profesional del mañana, pero más aspiro a que cada hogar sea una escuela donde los padres sean los mejores profesores con el ejemplo diario del buen trato, de los buenos modales.
Aspiración 5. Dejar a un lado todo lo que tenga que ver con un año francamente electoral y que el sistema de pensiones se revise a conciencia para que el hombre mayor que se retira viva apenas dignamente (digo apenas pues en su mayoría se vive miserablemente).
Aspiración 6. Me llama profundamente la atención cuando en algún programa que refleja la vida sea estadounidense o europea, llegar a mayores, conocer a los nietos, viajar por el mundo y otros es lo más normal, a diferencia de lo que vivimos acá, que con solo llegar con salud y no ser víctima de la violencia, ya nos damos por satisfechos.
Aspiración 7. Que la comida no falte en ninguna mesa salvadoreña, pues tal como aparece en las redes sociales donde un niño le pregunta a su abuelo ¿qué es la Nochebuena?, el abuelo le responde: “Cuando no falte comida en ninguna mesa”. Lamentablemente estamos acostumbrados a que se nos trate mal, poco importa el futuro y el hambre del invisible, todo se reduce a tirar la casa por la ventana, triste realidad.
Aspiración 8. Quizá este propósito no se cumplirá pues anhelo a que a todo el personal de salud se le respete su escalafón salarial.
Aspiración 9. Que todas las personas que formaron parte de los “Héroes” durante la pandemia reciban de una vez el seguro de vida que por ley les corresponde.
Aspiración 10. Que la emigración desesperada se detenga, que sea El Salvador la tierra prometida donde todos podamos cumplir nuestros sueños sin necesidad de correr riesgo alguno. Aspiración 11. Que tanta sangre derramada que más parece nuestro karma, ya no sea algo que lo vemos como algo normal, solo cuando pasa algo de gravedad a algunos de los nuestros, es ahí donde entendemos lo grave de la situación y en este momento tenemos a más de cincuenta mil familias que ya no son familias.
Aspiración 12. Seguir en esta trinchera, siendo agradecido con este matutino y desearle lo mejor a cada lector.
Médico.