La Iglesia Católica salvadoreña está de duelo porque ha fallecido uno de sus más ilustres representantes de su grey: Monseñor Fernando Sáenz Lacalle, quien dejó de existir físicamente, a los 89 años de edad, en su residencia, a las 5:50 de la mañana del 28 de abril de 2022.
Monseñor nació el 16 de noviembre de 1932 en Cintruénigo, municipio de España, provincia de Navarra. Una apacible población de cultivos de cereales, remolachas, forrajes, uvas y olivos. Produce ganado lanar y de cerda (cerdos).
Cintruénigo se distingue por su industria de alimentos, de muebles y metalúrgica. También tiene manufacturación del alabastro., que es una variedad de piedra blanca, no muy dura, compuesta, a veces traslúcida, de apariencia marmórea, que se usa para hacer esculturas o elementos de decoración arquitectónica.
Siendo joven estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Zaragoza y se graduó de licenciado, con miras a hacerse cargo de la fábrica de jabones de su padre.
Pero después tomó otro rumbo, al conocer al sacerdote José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. De tal manera que en 1959 el propio Escrivá de Balaguer le preguntó que si quería ser sacerdote, y él le dijo que con todo gusto.
Y se ordenó como sacerdote el 9 de agosto de 1959 en Madrid, como miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz , de la Prelaturía del Opus Dei.
Llegó a nuestro país el año 1992 y aquí comenzó su vida sacerdotal. Y en 1994 obtuvo la nacionalidad salvadoreña.
El 22 de abril de 1984 el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de Santa Ana, donde desempeñó una labor cristiana y cultural extraordinarias, pues fue catedrático de la Universidad Católica de El Salvador, y luego, vicerrector.
En esa alma máter “dejó un legado y estilo de trabajo que ha permitido tener una visión del ser y quehacer de la Universidad hacia la trascendencia y formación integral de profesionales”, según sostienen el Consejo Directivo y la comunicad académica de esa Universidad.
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Y el 3 de julio de 1993 -previo a esos cargos- fue asignado administrador apostólico del Ordinariato Militar, donde ascendió al cargo de General de Brigada de la Fuerza Armada de El Salvador el año 1997.
Cuando el papa Juan Pablo II vino al país por segunda vez, en 1996, monseñor Sáenz Lacalle presidió la apoteósica bienvenida, El papa inauguró la remodelación de la Catedral Metropolitana de San Salvador.
Cuando se le invitó a incorporarse a la Academia Salvadoreña de la Lengua, monseñor declinó amablemente y con humildad, tal como lo hicieron Claudia Lars, Salarrué y Francisco Andrés Escobar, catedrático de la UCA.
Monseñor Sáenz también se doctoró en Teología por la Pontificia Universidad Lateranense de Madrid. Conoció personalmente a monseñor Óscar Arnulfo Romero, a quien admiraba por su obra sacerdotal y de quien fue confesor personal.
Descanse en santa paz, ilustre monseñor Fernando Sáenz Lacalle.
Maestro, sicólogo, gramático.