Antes de comenzar a desvelar este gigante dormido y sus secuelas en el Gran San Salvador quiero hacer hincapié que El Salvador solo tiene un sistema de transporte masivo de pasajeros. Los demás, como pick ups, camiones, tuc tucs, son como pequeños paliativos a la demanda cada vez mayor del transporte de pasajeros. Cuando hablamos del transporte en El Salvador nos referimos a la maquinaria que se despierta todos los días para movilizar dos millones de personas en el área metropolitana que van a nuestras fábricas, oficinas, colegios, etc. y que cualquier sistema que se le quiera poner a la par (hablamos de un metro, tren, tranvía, articulares) cualquier gobierno responsable, manejado por las personas idóneas, sabe que eso costará tiempo, años y dinero. Millones de dólares, con contratos millonarios y que, por lo tanto, lo lógico, lo sensato y lo normal sería tratar de proteger lo que tenemos, desarrollarlo lo mejor que podamos y estudiar las alternativas que vengan.
El gobierno sabe, o por lo menos se lo imagina, que el transporte es lo que le da movilidad y modernidad a un país y por lo tanto es una de las primeras cartas de presentación de una ciudad de primer mundo, que me imagino que es la carta que hubiéramos querido enseñar para el concurso de Miss Universo.
Después de esa pequeña introducción regresemos a lo que tenemos. Un sistema colapsado, estresado, desprestigiado, obsoleto y en su mayoría maltratado, cada vez con menos número de unidades y, por lo tanto, más carros. Si entendemos la importancia del transporte, entonces, ¿POR QUÉ EL GOBIERNO QUIERE QUEBRARLOS? ¿Que por qué digo eso?
Ocho meses sin pagar subsidio con los precios de la gasolina y diesel hasta el tope. Por supuesto, cuando no se paga el subsidio, los intereses de los préstamos de los autobuses crecen, comiéndose la razón del pago de subsidio, dejando de ser una ayuda y convirtiéndose en el problema de estas empresas. Todo el mundo sabe que si a los bancos no se les paga a tiempo, los intereses moratorios más los intereses del préstamo se comen a los empresarios. Esto es algo que el gobierno lo maneja muy bien, como ejemplo tenemos los cinco años de gracia que se autorrecetaron del préstamo del dinero de las AFP, pero que no se les pagarán los intereses respectivos a los ahorros de los dueños de este dinero. Y el segundo ejemplo es, los extra años que la banca les extendió al gobierno para que se sintiera cómodos con los pagos que se tenían que desembolsar previamente de sus compromisos adquiridos.
Pero regresemos con el transporte. ¿Han corrido nuestros empresarios de transporte con la misma suerte? NO. ¿Les bajaron los intereses para que se sintieran cómodos también? No. Entonces, que hizo nuestro gobierno para mejorar nuestro tan importante sistema de transporte (el único que tenemos), para ir fortaleciéndolo, para que la flota pueda reemplazarse con unidades nuevas automáticamente sin que nuestra banca sufra otra más de las fracturas que ya arrastra, para que las unidades se modernicen con un Sistema de Transporte Inteligente (STI), estudiado, desarrollado y probado, durante quince años y aprobado por nuestras instituciones competentes y con equipos comprados, actualmente en aduanas esperando el sueño de los justos. ¿Se ha visto algún tipo de apoyo para este sector? NO. Pero, ¿Qué podemos hacer con el transporte entonces?
Además de evitar seguir hundiéndolo por su iliquidez, podemos integrarlo al movimiento de la ciudad, conectarlo a los smartphones de todos los que vivimos aquí para saber el tiempo en que van a pasar por las paradas, presentar las trayectorias de rutas en los teléfonos, ponerles cámaras para la seguridad de los usuarios, conectarlos con la PNC en caso de emergencia, pero sobre todo liberar la presión existente en las calles de la ciudad, dándole al usuario la opción de poder usar el transporte público, en el Banco Hipotecario, liberar la carga de la mora de transportes pagando a tiempo la compensación para el transportista y el subsidio para la población, dirigir la ayuda de el subsidio a los más necesitados para usar el sistema, como los estudiantes y las personas de la tercera edad y liberar la tarifa para los que sí podemos pagar una tarifa para que el transporte funcione y darnos una segunda opción de trasladarse del punto A al punto B para no seguir comprando más motos.
Así que, amigos míos, preparémonos para una ciudad cada vez más convulsionada de carros, porque todo eso no se va a dar, por lo menos no ya, aunque, como repito, los sistemas ya tienen cuatro años de estar sentados en una bodega. En lugar de prepararnos para conectar nuestra ciudad a una ciudad inteligente, nos está preparando para conectarnos a nuestra bicicleta, y por eso han partido las calles de dos carriles para darle un espacio al de la bicicleta, tenemos un Bulevar del Hipódromo, Escalón, toda San Benito, con todas las vueltas señalizada para la bicicleta. NO… las bicicletas todavía no llegan. Esperamos que con el concurso de Miss Universo lleguen, por lo menos para explicar el porqué de un carril de bicicleta, ya que no podemos dar una imagen de transporte desarrollado, podemos dar la imagen de la bicicleta desarrollada, porque en eso sí se ha invertido tiempo y recursos. Se ven bonitos los espacios, aunque nadie los use y falten parqueos, eso no tiene importancia porque es ecológico, y no sabemos de cuánto es la inversión ya que es de seguridad nacional por ser parte del desarrollo del transporte entonces la información es reservada.
Pudiera seguir extendiéndome en el tema, pero creo que me voy a estrellar con la pregunta de siempre, “y si es tan mal
negocio, ¿por qué no lo dejan pues?’’. Créanme, si lo pudieran dejar, ya muchos lo hubieran dejado, cada vez hay menos buses en la ciudad, y cada vez mas más carros y no hay bicicletas por supuesto.
No nos queda más que seguir viviendo en el país de Alicia y sus Maravillas, contemplando los espejos que nos ponen para que no nos asustemos.