El “primate” nuclear apunta sus misiles al corazón humano y sus indefensas ciudades de gloria y esplendor. La Amnistía a la Paz se vuelve cada vez más lejana ante las cruentas guerras de expansión de los imperios de la Tierra. Los mismos que no llegan a un mutuo acuerdo de salvación y porvenir, tanto de la especie, del planeta como de la civilización. El grandioso y nefasto arsenal nuclear apunta a la misma Humanidad suicida que no sólo arrasa con la vida del planeta y medio ambiente, sino que con su propia historia, escrita con sangre y sin gloria. ¿Qué dice el Tribunal o Corte Penal Internacional de Justicia Permanente, cuya misión es juzgar los crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad? Fue fundado en 2002 en Roma, Italia con sede en Holanda Meridional. El Vaticano, por su parte, llama a la paz, mientras la Humanidad se sumerge en un drama sin mañana, huyendo de su propio planeta en masivas migraciones mundiales. El diálogo, acuerdo y concertación entre los poderes e imperios del Orbe es imperante ante el peligroso riesgo de “auge, esplendor y caída” de la civilización. La última guerra expansionista en Ucrania podría estar marcando el inicio de una Tercera Guerra Mundial o la continuación de la genocida “guerra fría” que han venido patrocinando los “Dioses de la Ira”, en las últimas décadas. “¡Pax in Orbis!” exige la Historia.