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Lecciones de la pandemia y la transformación digital

Sin duda, grandes lecciones de supervivencia nos dejó la pandemia, pero nos hizo reconocer la necesidad de la transformación digital, de la sistematización digital en nuestra forma de adquirir bienes y servicios.

Por Carlos Francisco Imendia

La pandemia del covid-19 nos mostró muchas realidades de las cuales no nos habíamos dado cuenta, como un confinamiento sería capaz de parar al mundo, y en su avance ante ese enemigo invisible y mortífero (el virus), el mundo se iba a empobrecer y atrasar (los países tercermundistas), la impotencia de que el tiempo se había detenido y de que le mundo no podía seguir, en el campo de los negocios y las transacciones el asunto era un laberinto sin salida ante la incertidumbre de la situación. Es entonces donde emergieron las voces proféticas y futuristas de aquellos programadores e innovadores Informáticos sobre recrear el mundo en una plataforma virtual y digital, en la que no se perdiera el ritmo de vida de nuestra civilización pero que se evitara la interacción humana qué pudiera propiciar por medio de este virus invisible el acabose de la humanidad, como muchos pensábamos en aquellas noches de incertidumbre y de pesadillas apocalípticas.


Para el mundo, y ante las noticias de varias ciudades emblemáticas de desarrollo económico, desoladas por el miedo y el confinamiento, era un escenario nunca antes visto en su estado fantasmal. Y a todo eso la naturaleza buscando recuperar sus espacios. Solo recordemos en nuestro país como algunas colonias, barrios populosos, arriates de avenidas o bulevares la vegetación creció y muchas plantas trepaban por postes y cables, se apreciaba la ausencia humana del ornato y el mantenimiento.

Pero parte del instinto de supervivencia qué tenemos, pese a las restricciones y los peligros de contagio, no nos impedían salir a buscar el alimento y a generar remuneración por el trabajo, unos más tranquilos con trabajo fijo, pero otros con mayor dificultad por la búsqueda de la subsistencia diaria, se la jugaban y debían salir a buscar el pan diario.
El alimento es primordial conseguirlo, es una necesidad y por eso en tiempos de pandemia se debía recurrir a las tecnologías de la información, la innovación digital de algunas empresas, y ver qué tan preparadas estaban para ese entonces, muchas definitivamente no y la coyuntura les paso factura, otras combinaron modelos antiguos con innovación, por ejemplo: Haga su pedido en línea o por aplicación y después pase a retirar (producto) a la tienda. Y otras, como una aplicación morada que brindaba servicio de entregas, de mucha demanda qué se saltaron la barda y arremetieron con toda fuerza a la situación de crisis, bueno, a tal grado que la terminó comprando otra corporación más grande a nivel latinoamericano.


Sin duda, grandes lecciones de supervivencia nos dejó la pandemia, pero nos hizo reconocer la necesidad de la transformación digital, de la sistematización digital en nuestra forma de adquirir bienes y servicios.


Partiendo de eso, si bien no conocí a Darwin Romero pude ver por medio de las redes y revistas especializadas su visión futurista al respecto y su filosofía digital qué fue lo que cautivó a muchos en Latinoamérica, revisar ese bagaje tecnológico y por cierto brillante por las grandes corporaciones americanas y latinoamericanas, infundió admiración y respeto, como salvadoreño obtuvo el puesto que se merecía como innovador y emprendedor. Las startups, las aplicaciones que interactúan con el consumidor y hacen del mundo un lugar más práctico, el concepto Smart cities, parecía estar a una gran distancia del territorio nacional, quizás en la segunda década del siglo XXI por medio de estos innovadores como Darwin en conjunto con desarrolladores informáticos el tema aterrizó para quedarse y para demostrar el potencial salvadoreño a nivel tecnológico e informático.

A pesar de la perdida física recientemente de estos grandes informáticos y emprendedores digitales que dejarán un hueco en la pujanza tecnológica que lleva el país, su filosofía digital y su previsión del futuro deberán prevalecer y formar parte del rumbo de esa brújula que lleva al desarrollo de nuestra sociedad y aminorar la desigualdad y la falta de oportunidades, una gran misión heredada la nueva era de esa transformación digital.


En cuanto al medio ambiente, el aporte de la transformación digital es significativo, y es ahí lo valioso de su espectro, Según el consejo europeo digital: “ Las aplicaciones y tecnologías digitales pueden ser poderosas herramientas para promover la protección del medio ambiente, la conservación de la naturaleza y la biodiversidad , circularidad y la acción por el clima”.


Esta transformación va de la mano con la descarbonización, y como les repito es una lección dejada por la pandemia, sustentada por estos consecuentes emprendedores digitales como lo fue Darwin en su momento, para que se fomente la inversión y se apliquen las estrategias de optimización y solventar los problemas que hacen la vida más complicada y contaminante. La tecnología siempre será aliada de la humanidad.

En Twitter @Chmendia

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