Por Desde la caída de Bachar Al Assad el 8 de diciembre pasado, refugiado desde entonces en Rusia, la coalición heterogénea de las fuerzas rebeldes, encabezada por los islamistas, sigue organizando. Nombró a Mohammad Al Bachir como jefe de un gobierno de transición, mientras la figura emblemática del grupo radical, fuerza central de los rebeldes Al Fatah Al Mubin Al Hayat Tahrir Al Sham, (HTS), está dirigida por Abu Mohamad Al Jolani. Es el verdadero hombre fuerte de una Siria que cambió radicalmente de camino desde pocos días.
Salida de una filial siria de Al Qaida, HTS hizo alianza con el Ejército Nacional Sirio, apoyado por Turquía. Apenas 10 días después de la caída de Assad, surgen las interrogantes, sorpresas, confirmaciones del autoritarismo de un régimen sin piedad, euforia e inquietud.
Por cierto, en Europa tanto como en los países occidentales, la satisfacción de ver la derrota del régimen de Damasco parece subestimar los cuestionamientos en cuanto al porvenir de Siria. Se entendió perfectamente que había sido un golpe contra la influencia de Irán en el Próximo y Medio Oriente. Ya no podrá, a través del corredor sirio, suministrar al Hezbolá, en Líbano, armas para usarlas contra Israel. De igual manera, los vínculos con el Hamas han desaparecido. A fin de ganar tiempo y por lo menos impedir que los nuevos "caudillos" sirios tuviesen la tentación de usar o prestar a otros el potencial militar sirio, Israel ha llevado a cabo, días después de la salida de Bachar Al Assad, bombardeos contra los sitios militares estratégicos.
En una semana han sido, según fuentes expertas, más de 310 los ataques del ejército israelí: depósitos de armas, aeropuertos, bases navales, centros especializados en armas son blandos privilegiados. Se trata finalmente, de destruir todas las capacidades militares de un ejército que se está desmantelando. Para Israel, se trata de impedir que estar armas "lleguen a las manos de los extremistas", mientras en país entro en un periodo de incertidumbre.
El potencial militar sirio contaba sin duda armas químicas: no se puede olvidar que el régimen caído uso "gas sarín" y "gas de cloro" en un ataque en la periferia de Damasco en 2013, matando más de 1000 personas.
De igual manera, el Primer Ministro afirmó que sus tropas habían tomado el control de la región desmilitarizada de los Altos del Golán. Declaró que se trataba de "una posición defensiva temporal, hasta que se consiguiese un acuerdo apropiado".
La ocupación de la zona desmilitarizada ha sido condenada en varias declaraciones de países árabes. La cancillería egipcia la calificó de "ocupación del territorio sirio en violación con el acuerdo de retirada de 1974". Por cierto, Golán está bajo atención regional desde la guerra de 1967, cuando Siria bombardeaba Israel desde esta región.
Israel logró hacer retroceder dichas fuerzas, ocupo 1200 km2 de la zona. Siria intentó recuperarlo durante la guerra del Yom Kippur en 1973 pero no lo consiguió, abriendo el tiempo de un armisticio en 1974 con la presencia de una fuerza de observación internacional de la ONU. Israel anexo la región en 1981. Siria afirmó entonces que no firmaría ningún acuerdo de paz con el Estado hebreo sin que se haya retirado de la región. Es decir, la carga simbólica que contienen el apellido de guerra del líder de HTS, Ahmed al-Chareh. Su alias es Mohammad Abu Al Jolani, haciendo referencia al Golán, región de la cual sería originario su abuelo que supuestamente, hubiese tenido que irse desde 1967.
Es decir, cuanto la prevención israelí es comprensible: con 2 ataques aéreos masivos a través de misiles e incalculables cohetes, de Irán y aliados (Hamas, Hezbolá, hutíes) en 2024, no quiere correr el riesgo de ver un armamento masivo caer a manos de potenciales enemigos.
A pesar de declaraciones que buscan tranquilizar a la comunidad internacional, no se puede olvidar que Mohammad Abu Al Jolani empezó en radicalizarse a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Arrestado en Iraq, conoció al que será fundador de Isis/ Daesh, Abu Bakr Al Baghdadi en una cárcel. Así nació la idea de crear un califato en Siria aunque rompiera con Daesh para acercarse a Al Qaida, creando el Frente Al Nosra en 2012. Acabando a su vez con el grupo terrorista en 2016, encabeza el nuevo grupo HTS afirmando romper con el terrorismo, e inscribirse en un movimiento realista, que abre el dialogo con los Estados unidos y busca el poder local.
Desde 2019, tomó control en el norte de Siria, de territorios y localidades como Idleb, creando un "gobierno de rescate nacional", cuidando una imagen para fomentar una forma de credibilidad, preparándose a una alternativa que acaba de ocurrir. Con su aliado del "ejército nacional sirio", dispone del apoyo de Turquía, cuyo ejército controla varias zonas en el norte de Siria. Ankara busca impedir que se constituya una región, que tendrá vocación de volverse independiente, creando un Estado kurdo. Además, en el contexto presente, el presidente Erdogan quisiera que los 3 millones de sirios, refugiados desde los años 2010 en su territorio, regresaran en su país de origen. Creando una zona de protección, llamada de "amortiguamiento", guardaría un margen de acción tanto como de negociación, en el enmarco de la lucha librada contra el grupo de combatientes sirios kurdos, las Unidades de protección del pueblo (YPG). Considerado por Ankara como una emanación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), enemigo visceral de Turquía. Para Ankara, el grupo HTS de Al Jolani representa una forma de protección tanto como de muralla contra las fuerzas kurdas.
Las fuerzas rebeldes dispares se unieron sobre la intención compartida de provocar la caída de Bachar Al Assad, debilitado estos últimos meses por varios factores internacionales: su aliado ruso está concentrado sobre la guerra en Ucrania. Irán está debilitado en el exterior, después del desmantelamiento de los grupos terroristas Hamas y Hezbolá en la franja de Gaza y en Líbano. Por otra parte, los hutíes yemenitas enfrentan fuerzas internacionales después de atacar 80 barcos desde el principio del 2024 , con la intención inaceptable de perturbar el comercio marítimo en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Los rebeldes quieren edificar un régimen islamista pero no están de acuerdo sobre el modo de realización.
Para los europeos, la gran pregunta versa sobre las intenciones de los nuevos dueños de Damasco y sobre el riesgo terrorista que podría volver.
Más que nunca, un periodo de incertidumbre surgió en Siria: si se puede felicitar de la caída de un régimen despótico, muchos temen la nueva fragmentación política en este país, haciendo correr un riesgo de nueva dinámica nacionalista y radical, comparable al régimen talibán de Afganistán.
La región del Próximo y Medio Oriente sigue siendo bajo la lupa de la actualidad internacional.