Por Algo que parecía una falsedad, algo imposible. Sin embargo, cada día vemos que la gran mayoría de nuestros adolescentes, jóvenes y aquel que ya ronda los treinta años no sueñan, no luchan, perdieron el gozo de ser rebeldes y ahora, vemos que las consecuencias para ellos serán desastrosas. Nosotros los padres no veremos las consecuencias de esa pérdida de rumbo.
Tenemos sociedades de sociedades; sin embargo el joven salvadoreño sabe más de modas, de videojuegos que de desapariciones. Los reviste una ignorancia tremenda: apenas conocen la historia del país y por un toque divino, ahora son eruditos en lo social, en lo político y en todo lo que ellos creen que saben. Lo que le espera a un joven es pobreza, falta de acceso a estudios superiores, imposibilidad de adquirir una casa y esto, apenas comienza.
Ya no hay diferencias entre un joven clase media a un joven en el área rural, es el dios táctil el que manda y el joven obedece ciegamente lo que lee, lo que ve, lo que es mentira.
Debería ser este momento algo pletórico donde el ser humano estuviera empapado de tantos conocimientos, pero las cosas no funcionan así; al contrario, el joven se va ensimismando, acurcuchando hasta adquirir una posición fetal cual si volviera al útero, en un viaje de total regresión.
Jóvenes que no saben que en el país hubo un conflicto donde siempre el pobre es el que saca la peor parte y no parecen advertirlo; al contrario, viven en una de excesos; parece que lo anterior es mentira o una frase que no tiene respaldo y deben los padres saber que cuando llevan asus hijos a las diferentes fiestas, hoy tiene que existir un mayor control en lo que ven, lo que juegan, lo que interactúan.
¿Qué dice la juventud salvadoreña sobre querer quitarle la autonomía a la Universidad Nacional? ¡Silencio total! Serán los consejos quizá historia en la vida de nuestra juventud que deberá a aprender a sobrevivir a un conflicto armado que ya empezó y no somos los mayores los que son perseguidos sino, los jóvenes que siempre son los culpables de todo; los que serán torturados, violados, asesinados; duele lo que sucede pero sin duda alguna la infinita capacidad de un joven se decantó por lo fácil por lo atractivo comunicacionalmente y ahora no hay vuelta atrás, debe la vida seguir girando en una base de desprecio a la vida.
Nuestra juventud perdió esa etapa tan bonita de la vida y ahora ya no hay niñez ni adolescencia sino hay un desarrollo cognitivo donde un chico de cuatro años maneja el táctil mejor que su padre y tenemos a niños, jóvenes y adultos imbuidos en un video, en una noticia, en la nada.
Y, día a día, pareciera que el táctil roba el alma del joven, mucho de lo que pasa en el mundo jamás hubiese ocurrido si un táctil no existiera, eso es historia y debemos saber que así como el cerebro reacciona a la ingesta de cocaína, sucede lo mismo cuando el adormitado joven o padre enciende el táctil para ver qué ha pasado. ¡Debe estar informado! No podemos esperar nada bueno y llegamos a aquella aburrida conclusión ¡Tenemos lo que merecemos! Tristemente esos juegos de video donde se debe pasar por sobre otros para ser el ganador, son solo eso ¡Juegos de videos! Que parecen algo lejano a lo que viviremos, pero ya no serán juegos de videos sino realidades donde se matan unos a otros, donde no hay ganador, solo perdedores.
Las redes sociales han hecho que las cosas sean tan superficiales donde el amor y el dolor se vive en redes sociales y otros, la perdición de un joven que no sabe que ese amoroso y quizá erótico mensaje no es más que el anzuelo para su desaparición.
Se debe entender que este artículo no es para que lo lean los jóvenes, sino nosotros los padres, que para no tener problemas con nuestros hijos, dejamos que sea el táctil, el video juego y el amigo invisible quien controle su vida, su mente sus ideas sus percepciones y sus acciones y nos esté robando la responsabilidad a lo que nos corresponde como padres.
Médico