El domingo 24 de marzo fue Domingo de Ramos y ese día da inicio la Semana Santa o Semana Mayor.
Debemos guardar, entonces, respeto y ajustarnos a los principios de la Iglesia, asistiendo a todas las procesiones, hasta culminar con la del Santo Entierro.
Aquí en el país es en la ciudad de Sonsonate donde se celebra con mayor devoción, con admirables procesiones.
Y en la hermana República de Guatemala, es en Antigua Guatemala donde cobra una relevancia extraordinaria, admirada en todas partes del mundo.
En El salvador los ramos son elaborados en Yucuaiquín, departamento de La Unión.
Unas 300 familias de este pueblo elaboran todos los años miles de ramos con palmas de coyol y sus olorosas flores, para la celebración del Domingo de Ramos, y viajan a san salvador y ciudades del oriente del país para venderlos.
La señora Lidia del Carmen Flores (de Yucuaiquín) dice que tiene 50 años de dedicarse a la elaboración de ramos de palma de coyol.
El sacerdote salesiano Óscar Rodríguez Blanco dice que la Semana Santa es “un camino hacia la luz”. Y agrega que “la Semana Santa se ha vivificado con recogimiento y devoción por los misterios que en ellos se celebran: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo”.
“Los signos que en ella vemos ayudan al cristiano a vivir estos días en coherencia con la fe cristiana”.
“Hay quienes se toman estos días para descansar y divertirse. Una sana y justa diversión no es mala; lo malo sería olvidarse de Dios, que nos redimió con su sangre en la cruz”.
“El significado de cada día de la Semana Santa es como un camino que nos conduce a la luz de la pascua”, agrega.
“La alegría de los creyentes es constante. Se amanece con el “domingo” más importante de todo el año. Es el eje en torno al cual giran todas las celebraciones. Nuestra fe adquiere sentido. Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe”, concluye el Padre Óscar.
Maestro, psicólogo, gramático.