Según la RAE, seguridad es la ausencia de peligro o riesgo y la sensación de total confianza que se tiene de algo o alguien. Por mi parte y ampliando el concepto, es la garantía de la conservación de la vida, la de la familia y de los bienes.
Y en relación con la seguridad vial, la que vivimos todos los días, le pregunto: ¿Usted como peatón, pasajero o conductor, se siente seguro en nuestras calles y nuestras carreteras?
Esta semana he conducido unos 400 kilómetros y ni como peatón ni conductor me he sentido seguro, porque aunque uno quiera manejar respetando las señales de tránsito, no lo podemos hacer, porque nos vemos obligados a cometer infracciones, por el desorden de otros, principalmente las motos, microbuses, buses, camiones y las rastras mal parqueadas en cualquier lugar.
Y manejando sobre la Panamericana o hacia el aeropuerto, la prioridad es adelantar como sea, por la derecha o la izquierda. Se aplica la ley del “más listo y más agresivo”, de ahí el título… ¡Seguridad vial, sálvese quien pueda!
Y viendo las estadísticas de accidentes, heridos y fallecidos en las calles y carreteras, quizás seamos uno de los países más inseguros del mundo. Los accidentes que hay aquí en una semana, no los hay en Alemania o Japón, en muchos meses, unos manejando por la derecha y otros por la izquierda. ¿Es que son más listos los alemanes y los japoneses? ¡No!… Las señales de tránsito son las mismas. La educación vial es diferente.
Y con la "seguridad delicuencial", estimo que tenemos tantos o más vigilantes privados que policías. Los hay en las colonias, las instituciones del gobierno, las alcaldías, los supermercados, los mercados, las farmacias, las empresas, los bancos, las embajadas, los colegios, los edificios, los centros comerciales, las escuelas… ¡Nadie se siente seguro!
Y sobre la "seguridad alimentaria", los expertos advierten sobre riesgos del “súper Niño”, que trae sequía y mucho calor, reducirá las cosecha, incrementará los precios de los productos de la canasta básica, que por cierto, la mayor parte de vegetales, lácteos y cárnicos, vienen de los países vecinos.
Pero volviendo a la seguridad vial y el incremento continuo de los combustibles y los accidentes, urge continuar ordenando el tráfico, con las siguientes medidas, pendientes desde muchos años: 1ª. Que los buses y microbuses reorienten su forma de transitar acelerando y frenando peligrosamente, para adelantar al que va adelante y que no les pase el que viene atrás.
2ª. Que respetan su horario de salida y llegada y mantengan la distancia y la frecuencia.
3ª. Que solo paren en las paradas asignadas.
4ª. Que circulen por el carril bus o simplemente por la derecha.
5ª. Que no se pasen los semáforos en amarillo y bloqueen los cruces y el tráfico en las otras direcciones.
6º. Los vehículos de descarga de productos en los negocios que lo hagan de las 4:00 am. a las 5:30 am, como se hace en otros países, para que a partir de las 6:00 am. que circula el tráfico particular, las calles estén libres y la gente llegue puntual a su trabajo.
7º. Quitar los vehículos que bloquean los ejes preferenciales
y 8o. Desde hace 40 años, muchas organizaciones implantaron el horario flexible, entre 7 y 9 am. para entrar y 3 y 5 pm. para salir y funcionan perfectamente.
Son medidas que no cuestan dinero y que aplicándolas disciplinadamente ahorrarán mucho tiempo, combustible, costo de mantenimiento, estrés, accidentes y vidas.
Si queremos, se puede cambiar de ¡Sálvese quien pueda, a la de seguridad vial preventiva!
Ingeniero/ pedroroque.net