El sueño de todo niño y joven es estudiar, sin embargo, para que lo que se estudia pueda almacenarse adecuadamente en la memoria, es necesario tener suficientes horas de sueño.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos ha reportado recientemente que al menos dos tercios de los jóvenes estudiantes no obtienen la cantidad suficiente de sueño cada noche.
La pregunta entonces es, ¿cuánto es lo normal de sueño para un estudiante? La repuesta la proporciona La Fundación para Estudio del Sueño, quienes indican que para un niño en escuela primaria deberían ser entre 9 y 11 horas y para los jóvenes de secundaria y bachillerato entre 8 y 10 horas. Haciendo un promedio para ambas poblaciones estudiantiles, de 10 horas de sueño cada noche.
Si no se cumple con la cantidad mínima de horas de sueño eso trae impactos negativos en el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los jóvenes. Entre los efectos negativos se encuentran: mayor riesgo de ansiedad-depresión, tendencia a la obesidad por disminución en las horas de ejercicio, las cuales se sustituyen por sueño en horario diurno.
Además, existe una propensión a empeoramiento de la memoria a corto y largo plazo, déficit de atención inmediata y disminución en la capacidad global para el aprendizaje, que nos lleva a un menor desempeño escolar, todo esto relacionado con la deprivación de sueño en jóvenes estudiantes.
Pero probablemente lo más importante sea el estudio publicado por el Departamento de Pediatría del Hospital de Boston (https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2703913), que demuestra que los problemas de comunicación social (entre jóvenes-maestros, jóvenes-padres y jóvenes -jóvenes) son mayores en aquellos deprivados crónicamente de sueño, lo que se caracteriza por mayor agresión verbal y física, con baja tolerancia y aumento de comportamientos riesgosos como uso de drogas o manejo peligroso de automóviles. Todo esto mejoraría, según dicho estudio, si aumentamos las horas de sueño de los jóvenes.
Es más, cuando los jóvenes estudiantes logran dormir el numero correcto de horas, ha demostrado disminuir el riesgo de auto-daño en los jóvenes. Por cada hora extra de sueño el riesgo de suicidio en jóvenes disminuye en un 11%.
Las escuelas en diferentes partes del mundo, inician clases a diferentes horas. Así, Finlandia y Canadá entre 8:30 am y 9 am. Latinoamérica en promedio entre 7 y 7:30 am. Claro que los horarios de inicio de clase varían de acuerdo al clima, la hora del amanecer, las horas de sol en el día y otros factores externos propios de cada país, por lo que con tantos factores y variables es difícil hacer una recomendación global en los horarios. Pero, aun así, la Asociación Americana de Pediatría ha propuesto que las clases en niños y adolescentes no deberían empezar antes de las 8:30 am. (https://publications.aap.org/pediatrics/article/134/3/642/74175/School-Start-Times-for-Adolescents) tanto es así que, en muchos lugares, ya hay propuestas para cambiar los horarios escolares a partir del 2026.
Y como está claro que las necesidades normales y la biología del sueño en los jóvenes estudiantes no puede alterarse; son los directores, maestros, padres de familia y cuidadores los que pueden hacer mucho al respecto. Mientras tanto, sigue siendo una singular paradoja: Que el sueño de un futuro académico mejor de los estudiantes dependa en gran manera del sueño que actualmente logren estos mismos estudiantes durante esta noche.
Médico y Doctor en Teología.