Por Hace unos días, 24 de mayo, fue el Día Mundial de la Esquizofrenia. El día fue escogido para honrar la memoria de Philippe Pinel, psiquiatra francés y médico del hospicio Bicêtre y luego de La Salpêtrière. Pinel contribuyó con conocimientos de las alteraciones mentales más graves e hizo aportes significativos en los estudios clínicos de los entonces llamados alienados; pero quizás su mayor contribución histórica fue el tratamiento humanitario de los enfermos en los hospitales mentales. Abogó por un tratamiento piadoso y por abolir los maltratos que se daba a los enfermos. Hay un cuadro famoso de Tony Fleury en el que se mira a Pinel quitándoles las cadenas a los alienados de La Salpêtrière.
Si existe una enfermedad con la que se ha asociado la Psiquiatría y a los psiquiatras esa es la esquizofrenia. Es la enfermedad más grave que tratamos. No es una enfermedad mortal pero como si lo fuera, pues de una forma lenta y progresiva va eliminando en el individuo su personalidad, afectando su pensamiento, su cognición y su percepción. Estas capacidades son sustituidas por fantasías, delirios y alucinaciones. Casi todos los procesos mentales cambian en el esquizofrénico. Los familiares suelen decir “todo fue cambiando en él, empezó a hacer cosas extrañas, a pensar de forma anormal. Su forma de ser fue transformándose. Ahora vivo con un extraño”. Esquizofrenia quiere decir “mente dividida o escindida” pero tal vez es más exacto el nombre que le dio Kraepelin “demencia precoz”, pues se produce un estado parecido al demencial, pero que comienza en la juventud temprana.
La esquizofrenia es una causa frecuente de incapacidad, afectando a una de cada trescientas personas. Comienza temprano en la vida y dura hasta la muerte. No tiene cura, pero tiene tratamiento. Los tratamientos, especialmente farmacológicos, eliminan algunos de los síntomas, especialmente los conocidos como positivos (delirios, alucinaciones) pero son menos eficaces con otros. Aún así los medicamentos han permitido a lo largo de los casi setenta años que tienen de existir que la mayoría de esquizofrénicos abandonen los hospitales y puedan vivir con sus familias y comunidades. Algunos han llegado a mejorar casi a un nivel normal. Hace unos años salió en las conferencias TED una muchacha que había logrado graduarse de la universidad en Estados Unidos. Cabe mencionar que esta condición no es un trastorno de la inteligencia como muchos creen sino principalmente del pensamiento. Y ha habido personas con esquizofrenia muy brillantes como Bobby Fischer, para algunos el mejor ajedrecista de todos los tiempos. Aunque nunca se hizo un diagnóstico oficial, sus síntomas y conducta señalaban hacia esa dirección. También está el caso del Dr. John Forbes Nash, excepcional matemático y ganador del Premio Nobel de Economía por sus teorías sobre los juegos. Tuve la dicha de conocer personalmente al Dr. Nash, por cierto, casado con una salvadoreña. Su vida en la Universidad de Princeton está reflejada en la película A beautiful mind que vale la pena ver. Hace ya bastantes años tuve un paciente con esquizofrenia que en su adolescencia fue campeón nacional juvenil de ajedrez.
El Día Mundial de la Esquizofrenia busca hacer conciencia pública sobre esta devastadora enfermedad, eliminar mitos y prejuicios y facilitar el acceso a tratamientos.
La esquizofrenia es una enfermedad compleja, cuesta comprenderla y hasta los médicos de otras especialidades la ven como algo esotérico. Incluso los psiquiatras quedamos a veces confundidos cuando intentamos penetrar a esas mentes tan especiales.
Médico Psiquiatra.