Son “puras calumnias” las denuncias de tortura a los detenidos, han venido diciendo los voceros del régimen en los últimos días.
A esto se suma que un encargado oficial de derechos humanos en ningún momento ha denunciado los asesinatos y horrores que tienen lugar dentro de las cárceles y más bien alegue "que es natural que en las cárceles haya quienes enferman y mueren..."como “enfermó” y murió Alejandro Muyshondt, quien estaba perfectamente sano cuando fue capturado, como denuncia su familia.
Al recibir una familia el ataúd sellado de uno de sus miembros con estrictas instrucciones de enterrarlo sin abrirlo, es más que evidente que no quieren que vean las señales de las salvajadas sufridas, a lo que se suma que casi invariablemente la causa de la muerte de esa persona se atribuya a "edema pulmonar".
La algarabía montada se debe a que el bukelismo se da cuenta de que ser calificado como un régimen represivo y torturador no augura un buen futuro, más después de la acusación de Trump de que el régimen salvadoreño envía criminales de la peor especie a Estados Unidos, sin duda refiriéndose al Crook, actualmente enjuiciado en Nueva York, donde seguramente obtendrá residencia permanente en Estados Unidos, como le ha sucedido a Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, que manipuló las leyes para ser reelegido violando la Constitución de ese país.
Publicamos la semana anterior las declaraciones de la señora Maribel Amaya, madre del joven capturado Jorge Luis Caridad, diciendo que "ser pobre no quiere decir que se es delincuente", más cuando su hijo, el único sostén económico de la familia, después de trabajar durante la semana como albañil estudiaba inglés, pues su aspiración era ingresar a un “call center”.
Pero ni a los pobres ni a nadie se les pregunta en qué trabajan o que hacen al ser capturados aparentemente y para llenar cuotas, sino que les obligan a firmar (bajo amenaza ) confesiones fraguadas por "la autoridad"...
Es por ese motivo, se nos dice, que cuando los agricultores de Morazán sacan sus cosechas al mercado vigilan de que no haya "autoridades" cerca, seguramente para evitar que sean decomisadas alegando cualquier cosa y llevarlas a sus casas sin pagar un solo centavo.
Nelson Mandela estableció normas que deben regir en toda cárcel
No en vano ha dicho el Cardenal Rosa Chávez que en nuestro país cunde el miedo, más cuando ir a la tienda del barrio expone a cualquiera a que lo capturen y de ahí donde reina el dolor y los lamentos, como describió Dante el infierno en La Divina Comedia hace setecientos años.
El régimen viene pisoteando toda norma humanitaria con la gente que captura, normas que estableció en su momento Naciones Unidas con el nombre de Nelson Mandela, quien pasó más de treinta años en prisión luchando contra la política del régimen sudafricano de no reconocer iguales derechos a los africanos que a los blancos. Así se estableció lo que debe ser el trato a todo prisionero, aun aquellos culpables de crímenes de horror, o los condenados a sufrir la pena capital.
El régimen viene pisoteando toda norma humanitaria con la gente que captura, normas que estableció en su momento Naciones Unidas con el nombre de Nelson Mandela, quien pasó más de treinta años en prisión luchando contra la política del régimen sudafricano de no reconocer iguales derechos a los africanos que a los blancos. Así se estableció lo que debe ser el trato a todo prisionero, aun aquellos culpables de crímenes de horror, o los condenados a sufrir la pena capital.